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El juego marcó el retorno del golero Barreto, que paró un tiro penal en el primer periodo.La consigna azulgrana era ganar. Claro, lo ideal es ganar y jugar bien, pero si no se pueden ambas cosas lo importante es ganar, y el azulgrana lo hizo. Y no estamos diciendo que Cerro haya jugado mal. No estuvo mal, pero en largo pasajes volvió a ser el equipo inexpresivo de las últimas fechas. El inicio del equipo azulgrana fue a toda orquesta con un Fabbro enchufado y comprometido con la causa del equipo, con los laterales, Corujo por derecha y el colombiano Núñez, subiendo bien y generando situaciones y arriba contó con un Fredy Bareiro potente y ambicioso.
Cerro fue puro ataque en el inicio y eso le valió pronto, en el minuto siete, ponerse al frente en el marcador. Fabbro le puso la pelota de frente al arco a Fredy Bareiro para que este defina con clase.
El gol le cambió el libreto a Tacuary. Acostumbrado a defender, a aguantar, el equipo de Ocampo no supo, por varios minutos, qué hacer, si defenderse o atacar. Cerro siguió manejando el partido. Pero el arranque impetuoso de los azulgranas se fue acabando conforme transcurrían los minutos. Tacuary tuvo su gran chance de igualar el partido, pero Barreto le tapó en forma brillante un penal a Raúl Román. Para ese entonces Tacuary ya merecía el empate. En el inicio del segundo periodo Cerro volvió a ser mejor. Tras una excelente triangulación entre Cáceres y Corujo vino el tanto de Iván Torres. Era el 2-0 que prácticamente sentenciaba el encuentro. Cerro comenzó a realizar modificaciones y hasta dejarse estar, pero sin poner nunca en riesgo su victoria. A minutos del final Tacuary descontó y le puso suspenso al final, pero era demasiado tarde. Cerro se reencontró con el triunfo y encendió la mecha de la ilusión en su pueblo.
Cerro fue puro ataque en el inicio y eso le valió pronto, en el minuto siete, ponerse al frente en el marcador. Fabbro le puso la pelota de frente al arco a Fredy Bareiro para que este defina con clase.
El gol le cambió el libreto a Tacuary. Acostumbrado a defender, a aguantar, el equipo de Ocampo no supo, por varios minutos, qué hacer, si defenderse o atacar. Cerro siguió manejando el partido. Pero el arranque impetuoso de los azulgranas se fue acabando conforme transcurrían los minutos. Tacuary tuvo su gran chance de igualar el partido, pero Barreto le tapó en forma brillante un penal a Raúl Román. Para ese entonces Tacuary ya merecía el empate. En el inicio del segundo periodo Cerro volvió a ser mejor. Tras una excelente triangulación entre Cáceres y Corujo vino el tanto de Iván Torres. Era el 2-0 que prácticamente sentenciaba el encuentro. Cerro comenzó a realizar modificaciones y hasta dejarse estar, pero sin poner nunca en riesgo su victoria. A minutos del final Tacuary descontó y le puso suspenso al final, pero era demasiado tarde. Cerro se reencontró con el triunfo y encendió la mecha de la ilusión en su pueblo.