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Atrapó su 8ª estrella tras soportar el atrevimiento de los jóvenes de Cerro que ignoraron el clamor de sus propios hinchas que les pedían que facilitaran las cosas al vecino para no dar margen de alegría a Olimpia.Lo normal era que Nacional se llevara por delante a un equipo al que Luqueño, que terminó el torneo en el penúltimo lugar, le hizo cuatro goles.
Pero como le pasó en la fecha anterior, el equipo de Battaglia fue presa de los nervios y se puso a lanzar centros al no hallar otros caminos de acceso, frente a una defensa que planteó un bien coordinado achique y tuvo en el arco a un muy ágil y seguro Pablo Gavilán.
Cuando fue ganando en confianza el cuadro azulgrana se encontró con lo impensado. Los hinchas azulgranas los silbaban cuando empezaban a meterse en terreno contrario, en clara señal que no querían un triunfo cerrista que pudiera conducir a la combinación de resultados que hiciera campeón a Olimpia.
Pero pocos se dejaron influenciar por ese despropósito. Tal vez Angel Romero, quien lejos estuvo de su nivel habitual. Y es así que Cerro se puso adelante con un golazo desde fuera del área, que no supo si festejarlo o no, posiblemente ante el temor de la respuesta de sus propios seguidores (?).
Si ese gol no hubiera coincidido con el empate parcial que conseguía en Ciudad del Este el "3" ante Olimpia, dejaba instalado en el ambiente que el Decano era en ese momento el campeón.
La señal de alerta roja despertó a Nacional, que había tenido casi dormido o dominado a su goleador Víctor Aquino, hasta que este se posicionó bien en el área y puso la pelota lejos de Gavilán, que seguía tapando todo lo que iba al arco. Fue el empate, que despertó a un equipo que llevaba más de un partido sin ofrecer el ropaje de campeón, que apareció en el momento justo y sirvió para armar la jugada que terminó con el gran remate de Torales para el 2-1.
Ya no importaba lo que sucedía en el Este. Nacional era campeón, en el día de su cumpleaños.
LAS CLAVES
1- La reacción que tuvo Nacional tras recibir el gol en su arco, marcado por Francisco Javier García, uno de los puntos altos del juvenil equipo azulgrana, junto con el portero Pablo Gavilán. Después de haber perdido siempre el duelo con el guardián del arco cerrista, pudo embocar Víctor Aquino y poco después Silvio Torales lo fusiló para el segundo y definitivo, para el 2-1
2- La actitud de los hinchas del Ciclón, que silbaron a su equipo cada vez que avanzaba e incluso hubo algunos que le reprocharon al DT Astrada el hecho de que brindara instrucciones positivas a los chicos. Al percibir esta conducta de los propios seguidores azulgranas, García ni se animó a festejar su gran gol y posiblemente otros hayan temido hacer bien las cosas.
3- La ventaja con la que llegó Nacional a este partido le permitió manejar las situaciones con mayor margen de error. Cuando logró empatar el partido con Cerro buscó el segundo, pero sin desesperar, sabiendo que ese resultado no le hacía perder el título, en el peor de los casos. Al final salió bien parado de la Olla, pese al gran susto que soportó.
Pero como le pasó en la fecha anterior, el equipo de Battaglia fue presa de los nervios y se puso a lanzar centros al no hallar otros caminos de acceso, frente a una defensa que planteó un bien coordinado achique y tuvo en el arco a un muy ágil y seguro Pablo Gavilán.
Cuando fue ganando en confianza el cuadro azulgrana se encontró con lo impensado. Los hinchas azulgranas los silbaban cuando empezaban a meterse en terreno contrario, en clara señal que no querían un triunfo cerrista que pudiera conducir a la combinación de resultados que hiciera campeón a Olimpia.
Pero pocos se dejaron influenciar por ese despropósito. Tal vez Angel Romero, quien lejos estuvo de su nivel habitual. Y es así que Cerro se puso adelante con un golazo desde fuera del área, que no supo si festejarlo o no, posiblemente ante el temor de la respuesta de sus propios seguidores (?).
Si ese gol no hubiera coincidido con el empate parcial que conseguía en Ciudad del Este el "3" ante Olimpia, dejaba instalado en el ambiente que el Decano era en ese momento el campeón.
La señal de alerta roja despertó a Nacional, que había tenido casi dormido o dominado a su goleador Víctor Aquino, hasta que este se posicionó bien en el área y puso la pelota lejos de Gavilán, que seguía tapando todo lo que iba al arco. Fue el empate, que despertó a un equipo que llevaba más de un partido sin ofrecer el ropaje de campeón, que apareció en el momento justo y sirvió para armar la jugada que terminó con el gran remate de Torales para el 2-1.
Ya no importaba lo que sucedía en el Este. Nacional era campeón, en el día de su cumpleaños.
LAS CLAVES
1- La reacción que tuvo Nacional tras recibir el gol en su arco, marcado por Francisco Javier García, uno de los puntos altos del juvenil equipo azulgrana, junto con el portero Pablo Gavilán. Después de haber perdido siempre el duelo con el guardián del arco cerrista, pudo embocar Víctor Aquino y poco después Silvio Torales lo fusiló para el segundo y definitivo, para el 2-1
2- La actitud de los hinchas del Ciclón, que silbaron a su equipo cada vez que avanzaba e incluso hubo algunos que le reprocharon al DT Astrada el hecho de que brindara instrucciones positivas a los chicos. Al percibir esta conducta de los propios seguidores azulgranas, García ni se animó a festejar su gran gol y posiblemente otros hayan temido hacer bien las cosas.
3- La ventaja con la que llegó Nacional a este partido le permitió manejar las situaciones con mayor margen de error. Cuando logró empatar el partido con Cerro buscó el segundo, pero sin desesperar, sabiendo que ese resultado no le hacía perder el título, en el peor de los casos. Al final salió bien parado de la Olla, pese al gran susto que soportó.