Cuando los Santos no perdonan "pecados"

Cerro Porteño empató 3-3 con Santos y queda eliminado en semifinales de la Copa Libertadores en una noche de errores defensivos que el rival no perdonó. Se buscó cambiar la mala historia del primer tiempo en el segundo, pero el esfuerzo no alcanzó.

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No recibir gol del rival y buscar ser contundente en ataque fueron dos exigencias con las que llegó el Ciclón al partido de ayer luego de la derrota por 1-0 sufrida  en el partido de ida. Pero el capítulo decisivo arrancó muy mal, impensadamente, con el infortunio del muchas veces estandarte del equipo azulgrana: Diego Barreto.

La fiesta fue contagiante en una Olla colmada, el recibimiento fue como nunca. Y la noche de "pecados" que el adversario no perdonó arrancó a tan solo un par de minutos del pitazo inicial: La primera escapada de Neymar terminó en una falta de Pedro Benítez y de ahí vino el primer tanto brasileño en una desatención en la marca y tímida salida de Barreto, que las aprovechó Ze Eduardo.

Aquel gol ya fue un mal presagio que acompañó a la tempranera salida de Iván Torres por lesión. Astrada mandó a la cancha a Juan Manuel Iturbe, pero antes que potenciarse en ataque, a Cerro se le hizo muy difícil marcar protagonismo. Y al hincha le habrá dolido, y más al propio Barreto, el grave error en su salida que terminó en el segundo gol de Santos  tras un pase de cabeza para atrás del "Ganso". Fue el 2-0, un duro golpe, pero muy rápido después vino el descuento a través de César Benítez. Las esperanzas se reavivaron pese  a la necesidad de marcar mucho más goles que los que decían la cuenta con la  que se arrancó la jornada. El primer tiempo  se fue con otro "golpe", esta vez el temible Neymar ganó una vez más  y colocó la pelota a un costado de Diego.

Quedaba el segundo tiempo para "matar o morir".  Juan Manuel Lucero ya estuvo antes de finalizar la primera etapa en la cancha y sus corridas tampoco fueron la solución. Pero justo fue Lucero el que puso a tiro de empate al Ciclón, que lo consiguió  Fabbro. Pero aquellos nueve minutos restantes ya no fueron suficientes para la hazaña. Los "pecados" del primer período no se redimieron ni con el gran esfuerzo que se hizo y el Ciclón "murió a los pies de Santos" y se despidió con el reconocimiento de los hinchas que quedaron por entonces en la Olla.
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