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En el primer minuto del juego, cuando los jugadores de ambos conjuntos, se estaban todavía acomodando dentro del campo de juego, anotó el local el tanto inaugural. Cortada para el zurdo Óscar Ruiz, que manda el centro al corazón del área aurinegra, aparece Fernando Oliveira, totalmente descuidado, sin marca, y con un frentazo de palomita marca el tanto inaugural del Matarife. Enseguida Jorge Brítez pierde el esférico, ante Édgar Rolón, este cede a Santacruz, quien desde inmejorable ubicación envía el balón afuera.
El juego bonito que los seguidores de Guaraní esperaban, con el brasileño Beto Almeida, en la conducción técnica, quedó lejos ayer en Zeballos Cue. Muy por el contrario fue el local el que trató de jugar el esférico a ras del suelo, y el que siempre buscó el desborde por las puntas, con las llegadas siempre peligrosas de sus laterales.
Guaraní no mostró nada nuevo, siguió con los defectos de antaño, todas las pelotas paradas y llegadas por los andariveles terminaron en centro. Nelson Romero, el "dueño" de los tiros libres del Aurinegro, se cansó de enviar pelotas aéreas improductivas sobre el área local, que fueron aventadas, casi sin inconvenientes, por los fornidos zagueros rojos.
Así concluyó la primera etapa con el Aborigen atacando sin orden ni precisión y con el peligroso contragolpe de los locales.
En los primeros 10 minutos de la complementaria, el conjunto zeballense cedió el balón y la iniciativa a la visita, pero ante tanta desidia, se animó y fue al ataque de nuevo. La segunda conquista del rojo no tardó en llegar, fue algo casi lógico, por como se estaba desarrollando el juego. Fue a los 14; un potente tiro libre del lateral Édgar Gamarra, que sobrepasa la tenue oposición de Joel Silva, para convertirse en el lapidario segundo tanto. No hubo tiempo para nada más, el local con toques y teniendo la pelota, aseguró la victoria.
El juego bonito que los seguidores de Guaraní esperaban, con el brasileño Beto Almeida, en la conducción técnica, quedó lejos ayer en Zeballos Cue. Muy por el contrario fue el local el que trató de jugar el esférico a ras del suelo, y el que siempre buscó el desborde por las puntas, con las llegadas siempre peligrosas de sus laterales.
Guaraní no mostró nada nuevo, siguió con los defectos de antaño, todas las pelotas paradas y llegadas por los andariveles terminaron en centro. Nelson Romero, el "dueño" de los tiros libres del Aurinegro, se cansó de enviar pelotas aéreas improductivas sobre el área local, que fueron aventadas, casi sin inconvenientes, por los fornidos zagueros rojos.
Así concluyó la primera etapa con el Aborigen atacando sin orden ni precisión y con el peligroso contragolpe de los locales.
En los primeros 10 minutos de la complementaria, el conjunto zeballense cedió el balón y la iniciativa a la visita, pero ante tanta desidia, se animó y fue al ataque de nuevo. La segunda conquista del rojo no tardó en llegar, fue algo casi lógico, por como se estaba desarrollando el juego. Fue a los 14; un potente tiro libre del lateral Édgar Gamarra, que sobrepasa la tenue oposición de Joel Silva, para convertirse en el lapidario segundo tanto. No hubo tiempo para nada más, el local con toques y teniendo la pelota, aseguró la victoria.