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El fracaso y decepción que han causado en el mundo los resultados de la Reunión de Copenhague, realizada en diciembre pasado, y donde no se llegó a un acuerdo para la lucha contra el cambio climático, obligan a una seria reflexión acerca de las consecuencias actuales y futuras que puede acarrear el problema en la humanidad, la vida animal y vegetal en el planeta. Por tanto, es importante que la iniciativa parta de nosotros mismos. Aquí les presentamos algunas acciones que podemos tomar para mejorar el ambiente.Antes que esperar recursos de los países industrializados para combatir el cambio climático, a todos nos convendría que ya desde ahora se asuma el compromiso diario o cotidiano de preservar el ambiente; hacer un uso racional del agua, un manejo responsable de los desechos; un uso consciente de la electricidad (para los que cuentan con el servicio); un uso responsable de los vehículos y medios de transporte; a la vez que cuidar los árboles; plantas y animales, algunos de los cuales ya se encuentran en peligro de extinción. Quizás sea este el único mecanismo que permita alcanzar una mejor calidad de vida; respetar la salud y preservar la biodiversidad del país, cada vez más deteriorada.
ACCIONES CONCRETAS
A APLICAR
Crear y cuidar los espacios verdes tanto públicos como privados.
A nivel agropecuario y forestal, producir, industrializar y comercializar con un enfoque ecológico; y con prácticas conservacionistas de mínima toxicidad y amigables con el ambiente a fin de asegurar una alimentación más sana para la población.
Emplear detergentes biodegradables, es decir, que pueden ser degradados por acción biológica; y utilizar envases de aerosol que no dañen la capa de ozono.
Evitar el uso de productos químicos de limpieza, así como los limpiahornos, ya que muchos son nocivos para el ambiente porque impiden los procesos biológicos de depuración del agua. En su lugar, utilizar vinagre, bicarbonato, limón o bien jabón natural o casero.
En ningún caso deben arrojarse basuras, productos tóxicos o residuos industriales, agrodefensivos (insecticidas, fungicidas, herbicidas); pinturas o aceites a los cursos de agua, al desagüe u otras fuentes naturales de agua (arroyos, ríos, lagos, nacientes).
Mantener los patios, jardines y terrenos (incluso los baldíos), limpios y libres de basuras y malezas, pues son focos de plagas y enfermedades tanto para el hombre como para animales.
Evitar arrojar en la vía pública envases, vasos, recipientes y otros, por lo general de plástico, por el alto impacto contaminante de los mismos. En su lugar se pueden reciclar o vender a firmas recicladoras o utilizarse en rellenos sanitarios, con lo cual disminuye su volumen.
Por la misma razón, se tiene que limitar a nivel industrial el empleo de estos envases de plástico (con excepción de los biodegradables), porque además de contaminantes, su procesamiento consume elevados niveles de agua.
Evitar el uso excesivo de las bolsas de plástico y de las bandejas de plástico blanco espumado que se emplean para envasar alimentos frescos y alimentos cocinados, ya que también son muy contaminantes y no son biodegradables. En su reemplazo, utilizar alternativas más ecológicas como las bolsas de tela o papel; y otro tipo de bandejas. Preferir el uso del papel reciclado, con lo que se contribuye a reducir la tala de árboles y a la conservación de los bosques.
Racionalizar el uso de agua, al lavar veredas y vehículos; y también al regar jardines.
Se tiene que reparar toda pérdida de agua en cañerías, canillas y otras conexiones. La pérdida de una gota de agua por segundo equivale a unos 30 litros al día.
Hacer un uso apropiado y moderado de la energía eléctrica, desconectando los aparatos eléctricos cuando no estén funcionando, pues continúan con el consumo de energía eléctrica, como por ejemplo los televisores que igual gastan un 33% de electricidad.
Evitar, en lo posible, el uso de pilas desechables por el alto impacto contaminante que causa su vertido indiscriminado. En su lugar, emplear pilas recargables.
Evitar la quema de basuras, terrenos y campos; estos últimos para habilitar tierras para agricultura. En este último caso, aplicar prácticas conservacionistas como el trazado de curvas de nivel, la labranza cero y la instalación de sistemas agroforestales.
Educar a los hijos, alumnos, estudiantes y adultos para que observen estos consejos y hagan un uso racional y responsable de los recursos naturales, todavía disponibles en el país.
CÓMO AYUDAR
Una campaña de sensibilización hacia el cuidado del ambiente que permita reflexionar y asumir un compromiso ciudadano y como país, ante las consecuencias que origina el cambio climático, requiere de la aplicación de algunas estrategias como ser:
Una difusión a través de los medios masivos de comunicación.
La visita domiciliaria de voluntarios y estudiantes en tal carácter, que instruyan acerca de las medidas que protegen el ambiente.
La distribución de folletos de divulgación sobre los cuidados del ambiente.
La realización de campañas comunitarias a nivel nacional que incluyan la plantación de arbolitos, como la que actualmente se realiza de "A todo pulmón-Paraguay respira".
(*) Especialista en
Comunicación Rural.
ACCIONES CONCRETAS
A APLICAR
Crear y cuidar los espacios verdes tanto públicos como privados.
A nivel agropecuario y forestal, producir, industrializar y comercializar con un enfoque ecológico; y con prácticas conservacionistas de mínima toxicidad y amigables con el ambiente a fin de asegurar una alimentación más sana para la población.
Emplear detergentes biodegradables, es decir, que pueden ser degradados por acción biológica; y utilizar envases de aerosol que no dañen la capa de ozono.
Evitar el uso de productos químicos de limpieza, así como los limpiahornos, ya que muchos son nocivos para el ambiente porque impiden los procesos biológicos de depuración del agua. En su lugar, utilizar vinagre, bicarbonato, limón o bien jabón natural o casero.
En ningún caso deben arrojarse basuras, productos tóxicos o residuos industriales, agrodefensivos (insecticidas, fungicidas, herbicidas); pinturas o aceites a los cursos de agua, al desagüe u otras fuentes naturales de agua (arroyos, ríos, lagos, nacientes).
Mantener los patios, jardines y terrenos (incluso los baldíos), limpios y libres de basuras y malezas, pues son focos de plagas y enfermedades tanto para el hombre como para animales.
Evitar arrojar en la vía pública envases, vasos, recipientes y otros, por lo general de plástico, por el alto impacto contaminante de los mismos. En su lugar se pueden reciclar o vender a firmas recicladoras o utilizarse en rellenos sanitarios, con lo cual disminuye su volumen.
Por la misma razón, se tiene que limitar a nivel industrial el empleo de estos envases de plástico (con excepción de los biodegradables), porque además de contaminantes, su procesamiento consume elevados niveles de agua.
Evitar el uso excesivo de las bolsas de plástico y de las bandejas de plástico blanco espumado que se emplean para envasar alimentos frescos y alimentos cocinados, ya que también son muy contaminantes y no son biodegradables. En su reemplazo, utilizar alternativas más ecológicas como las bolsas de tela o papel; y otro tipo de bandejas. Preferir el uso del papel reciclado, con lo que se contribuye a reducir la tala de árboles y a la conservación de los bosques.
Racionalizar el uso de agua, al lavar veredas y vehículos; y también al regar jardines.
Se tiene que reparar toda pérdida de agua en cañerías, canillas y otras conexiones. La pérdida de una gota de agua por segundo equivale a unos 30 litros al día.
Hacer un uso apropiado y moderado de la energía eléctrica, desconectando los aparatos eléctricos cuando no estén funcionando, pues continúan con el consumo de energía eléctrica, como por ejemplo los televisores que igual gastan un 33% de electricidad.
Evitar, en lo posible, el uso de pilas desechables por el alto impacto contaminante que causa su vertido indiscriminado. En su lugar, emplear pilas recargables.
Evitar la quema de basuras, terrenos y campos; estos últimos para habilitar tierras para agricultura. En este último caso, aplicar prácticas conservacionistas como el trazado de curvas de nivel, la labranza cero y la instalación de sistemas agroforestales.
Educar a los hijos, alumnos, estudiantes y adultos para que observen estos consejos y hagan un uso racional y responsable de los recursos naturales, todavía disponibles en el país.
CÓMO AYUDAR
Una campaña de sensibilización hacia el cuidado del ambiente que permita reflexionar y asumir un compromiso ciudadano y como país, ante las consecuencias que origina el cambio climático, requiere de la aplicación de algunas estrategias como ser:
Una difusión a través de los medios masivos de comunicación.
La visita domiciliaria de voluntarios y estudiantes en tal carácter, que instruyan acerca de las medidas que protegen el ambiente.
La distribución de folletos de divulgación sobre los cuidados del ambiente.
La realización de campañas comunitarias a nivel nacional que incluyan la plantación de arbolitos, como la que actualmente se realiza de "A todo pulmón-Paraguay respira".
(*) Especialista en
Comunicación Rural.