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Figura mediática y amante de la música electrónica, cuenta con innumerables fanáticos, al igual que legiones de personas que la desprecian. Su voz sensual se hace eco en el aire, al mismo tiempo que su prominente imagen como miembro del jurado de Baila Conmigo Paraguay es centro de buenas y malas críticas.Por Hernán Aquino (20 años)
El diseñador Valentino posee un rojo característico; ella, también, el suyo... Dueña de una figura rociada de reconocimiento, burlas y admiración.
Milva Gauto enlazó a su corazón la radiofonía y la televisión desde hace varios años. Tiempo atrás, con falda, tacones y pasos garbosos, ser azafata era uno de sus roles. Su actual participación en el panel de jueces del reality show Baila Conmigo Paraguay la ha puesto en boca de todos.
Declaró que no le agradan los clubes de fanes y menos si estos se expresan con faltas ortográficas. "Yo no pido que me sigan". En Twitter diariamente la bombardean con halagos y puntos negativos. "Me encanta la vida silvestre en Paraguay con sus senadores y diputados", manifestó en su momento a nuestro medio. "¿Entendés lo que te digo?" Cuando dice no y es sí, o viceversa, se siente un bicho raro. No es precisamente promotora de la filantropía, pero brindó dinero al humorista Gustavo Cabaña para costear sus pasajes en micro cuando él empezaba a abrirse camino en el mundo artístico. Además, presentó un productor argentino al actor Walter Evers, quien entonces era poco conocido, con el fin de apuntalar su carrera. En las redes sociales, aviva las calderas. El extitular de la Policía Caminera, Eduardo Petta, había posteado en Facebook una queja respecto al aviso de control sabatino que había publicado Gauto a su círculo twittero. "Amo a los hombres que expresan amor", afirma. En el otro extremo, con ironía en manos, sostiene: "Cuando quieren enterrar al muñeco, te bajan las estrellas". Su mente, su cara, su cuerpo y algo más hacen de Milva Gauto una cuestionada show woman. "Que viva el cuarto roo", diría ella ataviada con vaporosas vestimentas, sin olvidar que "se siente nada".
El diseñador Valentino posee un rojo característico; ella, también, el suyo... Dueña de una figura rociada de reconocimiento, burlas y admiración.
Milva Gauto enlazó a su corazón la radiofonía y la televisión desde hace varios años. Tiempo atrás, con falda, tacones y pasos garbosos, ser azafata era uno de sus roles. Su actual participación en el panel de jueces del reality show Baila Conmigo Paraguay la ha puesto en boca de todos.
Declaró que no le agradan los clubes de fanes y menos si estos se expresan con faltas ortográficas. "Yo no pido que me sigan". En Twitter diariamente la bombardean con halagos y puntos negativos. "Me encanta la vida silvestre en Paraguay con sus senadores y diputados", manifestó en su momento a nuestro medio. "¿Entendés lo que te digo?" Cuando dice no y es sí, o viceversa, se siente un bicho raro. No es precisamente promotora de la filantropía, pero brindó dinero al humorista Gustavo Cabaña para costear sus pasajes en micro cuando él empezaba a abrirse camino en el mundo artístico. Además, presentó un productor argentino al actor Walter Evers, quien entonces era poco conocido, con el fin de apuntalar su carrera. En las redes sociales, aviva las calderas. El extitular de la Policía Caminera, Eduardo Petta, había posteado en Facebook una queja respecto al aviso de control sabatino que había publicado Gauto a su círculo twittero. "Amo a los hombres que expresan amor", afirma. En el otro extremo, con ironía en manos, sostiene: "Cuando quieren enterrar al muñeco, te bajan las estrellas". Su mente, su cara, su cuerpo y algo más hacen de Milva Gauto una cuestionada show woman. "Que viva el cuarto roo", diría ella ataviada con vaporosas vestimentas, sin olvidar que "se siente nada".