Parque Anka: Un sitio que hoy es solo un recuerdo

El parque Anka fue un ícono de la diversión en la década de los 80 y en parte de los 90 para todos los paraguayos.

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Ubicado sobre la ruta II a la entrada de Caacupé partiendo de Asunción, el parque Anka fue todo un éxito en la década de los 80 y en menor intensidad en los 90. Era un lugar temático porque hacía referencia a las aves (en especial al papagayo). Los principales atractivos eran las piscinas y canchas de fútbol, tenis y vóley. También poseía un juego de ajedrez gigante.

El dueño inicial del lugar fue el alemán Albert Pistorius, recuerda el intendente de la ciudad de Caacupé, Roberto Franco, en una charla con ABC Digital. El parque estaba abierto al público todos los días; incluso colectivos partían casi todos los días de Asunción rumbo al lugar de entretenimiento.

El parque Anka también tenía un sector boscoso con senderos y casas de cristal, donde se encontraban personajes como "La Bella y la Bestia" y "Caperucita Roja" y los niños escuchaban cuentos infantiles colocando moneditas en una máquina habilitada para el efecto. Los que visitaron ese lugar hasta llegaron a llamarlo el "Disneylandia" de Paraguay.

El juego de "autos chocadores", el paseo en un trencito y otros atractivos, mantenían ocupados a los visitantes.

Todas las opciones estaban distribuidas en un predio de 10 hectáreas en el barrio San Miguel sobre el kilómetro 52,5 de la ruta II en la ciudad de Caacupé, recordó el intendente Franco.


El ocaso

El parque funcionó a pleno desde el año 1980 hasta 1991 precisó el intendente de Caacupé, pero luego sufrió una debacle. Se convirtió en una discoteca y después en un centro de entretenimiento, pero ya no con la magia de la década de los 80.

Pistorius vendió el predio a un compatriota suyo que su vez hizo lo mismo, siendo el comprador un alemán. Finalmente el predio quedó en manos del grupo empresarial Kennedy, que posee una cadena de supermercados en Caacupé, indicó Franco.

Actualmente el predio cuenta con cuidadores y encargados; las piscinas están abandonadas y el lugar sólo es un bello recuerdo para los vecinos de Caacupé y todas las personas que pasaron por el lugar.

"Nadie de los que viven en Caacupé puede olvidarse del Parque Anka, porque era un lugar turístico y era el único balneario habilitado en su época; siempre cuando pasamos por esa parte, es como que vamos a ver a ese gua’a (papagayo) disfrazado", rememoró el intendente.

Indicó que le informaron sobre la posibilidad de la construcción de un shoping en el sitio, aunque no existe nada al respecto.

Nostalgia

Como un sitio de diversión y parque temático, lo recuerda el gobernador del departamento de Cordillera, Pedro Milciades Duré. Cree que la proliferación de balnearios naturales en el departamento y el asfaltado de las rutas, conspiraron para que el sitio sea cerrado en los 90.

"El parque Anka en su momento fue un atractivo interesante en la región, por la infraestructura que tenía, una piscina grande, parque, canchas, deportes y la naturaleza que había allí", refirió.

Sobre las causas de su cierre, dijo que "eran años en el que el departamento no tenía mucha infraestructura vial para llegar a los arroyos y ríos; ahora tenemos todos los caminos interconectados y eso hizo que la gente prefiera el contacto directo con la naturaleza.

El parque Anka, aquel por donde cruzaba un cristalino arroyo, solo es un lindo recuerdo para su gente. El papagayo siempre estará en la memoria de todo aquel que cruce por el lugar.

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