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Luego de ir ganando 3-1 en el primer tiempo y con una producción futbolística que orillaba lo excelente, Guaraní no encontró en la parte final la misma elaboración del fútbol y Olimpia, con empuje y garra, lo llevó hacia su arco y dio un vuelco espectacular para ganar finalmente 4-3.Ni el más optimista hincha de Olimpia habrá imaginado anoche una reacción decana tan oportuna como letal, que le permitió ganarle finalmente a Guaraní, que en el primer tiempo llegó a adquirir una cómoda ventaja de dos goles.
El Aborigen lució impecable en los primeros cuarenta cinco minutos. El equipo fue seguro atrás, sobrio en el mediocampo y desequilibrante arriba.
Olimpia no desentonó en el inicio y mostró cosas interesantes, aunque con el correr de los minutos fue arrastrando vicios antiguos, como la inseguridad total en la defensa, defecto que se convirtió en angustia, puesto que cada ataque aurinegro era funesto.
Santander, tras un córner de Romero, empalmó de derecha metido entre los zagueros y dio la primera alegría a su equipo.
Zeballos con un gran tiro libre igualó el partido en el cuarto de hora, momento en que el Franjeado buscaba afanosamente el tanto de la igualdad.
La alegría duró poco, puesto que Carballo, tras un tiro libre de Romero, prevaleció sobre la dubitativa defensa decana y prácticamente de las manos de Hermosilla hizo el segundo con golpe de cabeza.
Guaraní era convincente por entonces y con un buen fútbol para la vista. Un cuadro bien orientado, con ideas y desequilibrio, especialmente por el lado de Romero y Gómez.
El Aborigen hizo su tercer gol y de nuevo con la complicidad de la zaga decana. Hubo complicaciones entre Nájera, Ariosa y Hermosilla y Gómez punteó el balón que anidó en el arco.
Fueron momentos angustiantes y con seguridad de duros reproches de parte del técnico Pelusso, que por entonces vivía una pesadilla como su equipo. Se volvían a repetir los mismos errores del Apertura. Olimpia emergió decidido en el tramo final y apuró por todos los costados ante un Guaraní que al parecer ya se sintió ganador y no supo cuidar el resultado.
El ingreso de Luis Caballero fue fundamental en el repunte. Un remate de Amado pegó en el trayecto en Zeballos y engañó al arquero Silva para el 3-2. Tres minutos después, Zeballos disparó un tiro libre que volvió a pegar en alguien (Nájera), desequilibrando a Silva para el 3-3.
Olimpia no paró con su ambición y Orteman, con soberbio pase, habilitó a Robles y este con gran categoría selló el 4-3 final desatando la algarabía y la locura en la hinchada decana.
El Aborigen lució impecable en los primeros cuarenta cinco minutos. El equipo fue seguro atrás, sobrio en el mediocampo y desequilibrante arriba.
Olimpia no desentonó en el inicio y mostró cosas interesantes, aunque con el correr de los minutos fue arrastrando vicios antiguos, como la inseguridad total en la defensa, defecto que se convirtió en angustia, puesto que cada ataque aurinegro era funesto.
Santander, tras un córner de Romero, empalmó de derecha metido entre los zagueros y dio la primera alegría a su equipo.
Zeballos con un gran tiro libre igualó el partido en el cuarto de hora, momento en que el Franjeado buscaba afanosamente el tanto de la igualdad.
La alegría duró poco, puesto que Carballo, tras un tiro libre de Romero, prevaleció sobre la dubitativa defensa decana y prácticamente de las manos de Hermosilla hizo el segundo con golpe de cabeza.
Guaraní era convincente por entonces y con un buen fútbol para la vista. Un cuadro bien orientado, con ideas y desequilibrio, especialmente por el lado de Romero y Gómez.
El Aborigen hizo su tercer gol y de nuevo con la complicidad de la zaga decana. Hubo complicaciones entre Nájera, Ariosa y Hermosilla y Gómez punteó el balón que anidó en el arco.
Fueron momentos angustiantes y con seguridad de duros reproches de parte del técnico Pelusso, que por entonces vivía una pesadilla como su equipo. Se volvían a repetir los mismos errores del Apertura. Olimpia emergió decidido en el tramo final y apuró por todos los costados ante un Guaraní que al parecer ya se sintió ganador y no supo cuidar el resultado.
El ingreso de Luis Caballero fue fundamental en el repunte. Un remate de Amado pegó en el trayecto en Zeballos y engañó al arquero Silva para el 3-2. Tres minutos después, Zeballos disparó un tiro libre que volvió a pegar en alguien (Nájera), desequilibrando a Silva para el 3-3.
Olimpia no paró con su ambición y Orteman, con soberbio pase, habilitó a Robles y este con gran categoría selló el 4-3 final desatando la algarabía y la locura en la hinchada decana.