Una visita memorable al Paraguay

La visita de Juan Pablo II en 1988 significó "un hecho histórico trascendental para el Paraguay". Era la primera vez que un Papa llegaba a nuestro país y en un contexto decisivo. ABC Color llevaba poco más de cuatro años de clausura, entonces.

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"Tuvo muchas connotaciones políticas porque el régimen de Stroessner ya estaba en su época terminal y muchos creen aún que la llegada del Pontífice fue el empujón final para que su gobierno cayera", analiza el periodista y escritor Bernardo Nery Farina. De cualquier manera, el recuerdo permanece vivo en cada paraguayo que vibró con el Santo Padre.La visita papal al Paraguay fue un hecho esperado durante años. De hecho hubo mucho tira y afloja para la venida Juan Pablo II a nuestro país entre la Conferencia Episcopal Paraguaya, que es la que invita para la venida, y el gobierno de Alfredo Stroessner.   

El dictador obviamente quiso aprovechar la visita del Papa como un elemento propagandístico como lo había hecho Pinochet en Chile, un año antes (1987), analiza el escritor Bernardo Nery Farina. "Entonces había que evitar que el Gobierno convirtiera la visita en un hecho propagandístico y que esa visita no sea interpretada como un apoyo del Papa al Gobierno".   

Nery Farina tuvo la felicidad, junto a Carlos Talavera, de haber hecho la cobertura desde muy adentro pues la CEP había puesto dos lugares para periodistas paraguayos en la comitiva de periodistas que acompañaba al Papa en representación del diario Hoy y la Red Privada de Comunicación.   

Lo que más llama la atención –recuerda– es el carisma tremendo que tenía Juan Pablo II, pese a ser un hombre muy simple, muy común. "En los vuelos que compartimos, él  se acercaba y hablaba con los periodistas. Conocía casi a todos, pues siempre los mismos cubrían los viajes papales".   

Farina le preguntó en aquella ocasión cómo iba a hacer para evitar que Stroessner (quien gobernaba el país desde  1954)   aprovechara políticamente su visita como una propaganda del régimen. "El me había respondido: Nadie puede aprovechar políticamente la visita de un Papa".   

El Papa gravitó en  lo político, en lo social, en la vitalización que había dado su venida al Paraguay para seguir en la resistencia contra la dictadura. "No hay que olvidar nunca lo que pasó con la  reunión con los constructores de la sociedad, que el Gobierno unilateralmente intentó suspender. "Estábamos en Cochabamba, Bolivia, con la delegación papal cuando nos enteramos que el Gobierno había decidido suspender el encuentro. El portavoz del Vaticano, el español Joaquín Navarro-Valls, dijo que no sabían nada. Y comenzó a difundirse la información de que fue un hecho insólito. Hubo una reacción muy fuerte de la diplomacia del Vaticano y la amenaza de cancelar la venida del Papa, pero se subsanó enseguida. Las negociaciones fueron muy cerradas y motivó que el Gobierno levantara su decisión".   

Eso también creó otro tipo de situación en el ambiente. "El Papa conocía muy bien la situación del país y muchos periodistas colaboraron en crear ese ambiente de información para que el Papa estuviera al tanto de todo. El sabía exactamente adónde venía y en qué situación se iba a encontrar".   

"Es estremecedora la consecuencia y la actitud particular de la gente que asistió al encuentro con los constructores de la sociedad y en todos los demás encuentros. La delegación papal forzó ese acto y el Gobierno se vio en la disyuntiva de permitirlo o hacer un papelón internacional".   

En medio de la lluvia

Farina también recuerda que el día de la llegada del Papa al Paraguay llovía tanto que el avión casi no pudo bajar. Incluso, a sugerencia del piloto, se barajó la posibilidad de ir hasta Corrientes (Argentina) pues la visibilidad era de menos de 100 metros. Pero el canciller del Vaticano insistió en bajar, como sea, en Asunción. El piloto prácticamente se tiró para aterrizar la aeronave.

"Allí el pueblo paraguayo se perdió uno de los más bellos espectáculos de la visita papal. Yo me fijaba en las ciudades donde llegábamos, los periodistas nos adelantábamos bajando por atrás del avión, y veíamos a la gente esperando. Cuando aparecía el Papa en la escalerilla parecía que la gente levitaba, entraba en éxtasis. Era muy conmovedor. Eso se perdió en Asunción porque el Papa bajó por la manga dada la lluvia intensa que estaba cayendo".

El ritual de besar el suelo paraguayo se hizo adentro y no en la pista.

Mayor vitalidad

Tras la visita del Papa, el pueblo paraguayo pareció lograr una mayor vitalidad en el proceso que se estaba viviendo, sobre todo un proceso político de resistencia al Gobierno, una resistencia civil muy importante. No se puede soslayar el hecho de que  Stroessner cayera en 1989  como consecuencia de un golpe militar, aunque era la única forma de sacarlo porque solamente los civiles no hubieran podido.

"Ese movimiento civil apoyó lo que venía después, tanta fuerza tuvo ese apoyo ciudadano al movimiento militar que hubo reacción dentro de las Fuerzas Armadas. Esa visita del Papa ayudó a eso".

En Paraguay, el Pontífice atrajo a gente que no practicaba religión alguna como actitud de vida: el carisma de Juan Pablo II es un carisma político por toda su lucha en Polonia.

Para Nery Farina la beatificación de Juan Pablo II para ser  un Santo del siglo XXI, para un hombre que vivió y cambió gran parte de la historia en el siglo XX, es un proceso merecido. "Será un Santo en el aspecto de ser un paradigma, un modelo, un ejemplo de humanidad y de virtudes muy acendradas, de un concepto ético muy elevado y eso hay que valorarlo. Si la Iglesia nos puede dar un paradigma específico hoy, con justicia ese es Juan Pablo II".
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