¡La democracia no es guerra!
Recientes espectáculos parlamentarios evidencian que la democracia en el Perú es sinónimo de guerra. El objetivo táctico es demoler al enemigo, no al adversario político. No importa que ello provoque reacciones como la expresada por algún congresista cuando dijo “…ahora están tomando de su propia medicina”, sin percatarse de que los perjudicados reaccionarían con las mismas armas. A la guerra entre el Ejecutivo y la que fue mayoría congresal sucede la guerra en el Congreso.