El amateurismo marrón...

Los Juegos Olímpicos están abiertos, hoy día, a todos los deportistas del mundo. En realidad siempre lo estuvieron, sin discriminación de raza, color, lengua, religión, política, ni nada por el estilo. Lo único que el Comité Olímpico Internacional mantenía vigente desde 1986 fue la condición de amateur o no profesional de los atletas participantes.

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Esta fue la principal preocupación de los miembros del COI y se empeñaban en indagar todos los antecedentes de los atletas, a fin de evitar que "profesionales" incursionaran en medio de los "amateurs".

Esta disposición, sin embargo, se prestó a muchas maniobras, sobre todo después de la Segunda Guerra Mundial, cuando el bloque de los países de la URSS, amparados por la legislación comunista que implantaron, devolvieron la condición de "amateur" a todos los deportistas de esas tierras.

Se dio así el caso por el cual, sobre todo en los deportes colectivos, las selecciones que competían en los mundiales eran también alineadas en los juegos olímpicos, desnaturalizando la esencia de las olimpiadas.

A esto, y a todo intento deliberado de disfrazar la condición profesional de los atletas, se llamó "amateurismo marrón", de lo cual ha habido muchos ejemplos. Es por ese motivo que los mejores jugadores de fútbol, de básquetbol, de vóleibol, de béisbol y de varios deportes más, en el mundo occidental, no tuvieron cabida en los juegos, en tanto los de detrás de la Cortina de Hierro podían hacerlo.

Hasta que por fin, desde hace un tiempo, se revió esta decisión y la posibilidad de participar de los Juegos Olímpicos fue abierta a todos los deportistas del planeta.

Tal vez por eso, la triste historia de Jim Thorpe, quizás fue este el más grande atleta de todos los tiempos, duele más hoy día que en aquel tiempo. Más aún, porque Thorpe fue acusado de "profesional", aunque nunca jamás en su vida cobró ni un solo centavo, por practicar el atletismo.

Jim Thorpe compitió defendiendo los colores norteamericanos en los Juegos Olímpicos de Estocolmo, en 1912 y ganó el pentatlón, en aquel entonces evento masculino, y también el decatlón, en el que finalizó con 6.845 puntos, casi 700 puntos por encima de su más cercano seguidor.

A pesar de haber ganado las dos pruebas más difíciles de los Juegos Olímpicos, su nombre fue borrado y no figura en los anales de las olimpiadas. ¿Por qué? Pues porque en 1913 fue descalificado y despojado de sus medallas olímpicas, cuando el Comité Olímpico Americano lo halló culpable de haber "quebrantado" en una oportunidad las reglas del amateurismo vigentes en aquella época en relación con las apuestas, por haber jugado béisbol, por dinero, en una liga menor durante las vacaciones universitarias.

El "Indio" Jim Thorpe se distinguió posteriormente en el béisbol profesional y llegó a ser uno de los grandes de todos los tiempos en el fútbol americano. Hasta tal punto era grande su fama y triste aquel episodio, que se filmó una película, El Hombre de Bronce, y en 1950, la prensa lo eligió como el más grande atleta del siglo hasta ese momento. Jim Thorpe murió pobre tres años más tarde.

La gran figura del "Indio" Jim Thorpe fue posteriormente rehabilitada también por la Unión de Atletas Amateurs.
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