Continúan críticas por el espectáculo entre Ranoni y "Frazier"

Ranoni-Borges, o la pelea al revés: luchar por perder

Por Gustavo Nigrelli

El paraguayo nacionalizado argentino venció por KOT en el segundo asalto al brasileño para conservar el título latino de los mediopesados de la OMB. Fue un combate impresentable y desparejo

PODRIA LLAMARSE FARSA

Podría llamarse farsa, pero no. Vergüenza, grotesco, todo quedaría corto para resumir la sumatoria lamentable en la pelea que el sábado por la noche protagonizaron el paraguayo nacionalizado argentino, Isidro Ranoni Prieto (79,300) y el brasileño Edson Dos Santos Borges ((79,200), donde el primero venció por KOT 2, conservando el título latino OMB de los mediopesados, en el combate central de una velada que se llevó a cabo en el CSyD El Porvenir de Quilmes.

UN FOFO IMPRESENTABLE

Un fofo impresentable, el brasileño ya desde su aspecto físico no acorde al de un deportista, contrastó con la imagen atlética del paraguayo, algo que fue la primera señal de la bizarra noche. Primero el médico de guardia, que le dio el pase a Borges en el 1º round, cuando Ranoni lo cortó en la ceja derecha con un directo diestro. Esa herida nomás ya ameritaba una detención, que no fue tal.

JORGE BASILE

Luego el árbitro Jorge Basile, que tampoco supo, o no quiso, leer que Borges no tenía demasiadas ganas de seguir allí, dándole el pase dos veces en el 2º tras sendas cuentas: una por gancho al hígado que Borges aprovechó para arrodillarse tras unos segundos, porque no lo acusó de inmediato. Y otra por un cachetazo diestro que apenas lo conmovió de pie, ambas fraguadas por el brasileño para irse.

En la 1ª camufló su duda tras el típico efecto retardado del hook hepático, y hasta agregó el acting poco creíble de pegarle al piso como con rebeldía. Un descarado. Se paró cuando pensó que la cuenta había finalizado, pero se encontró con que Basile contó con un reloj de arena en ésa, y con un almanaque en la segunda, sin darle el brazo a torcer, forzándolo absurdamente a que siguiera, como si estuvieran pulseando.

EL FINAL

Ahí sobrevino un uppercut diestro que le pegó en serio y lo desparramó boca arriba, ya no se sabe si en actitud exagerada de Borges, o de verdad, pues también Ranoni pareció en un momento pelear a media máquina, como queriendo alargarla.