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Ante un recinto casi lleno, se presentó como un narrador de situaciones de las que no hay registro, haciendo entretenidas comparaciones entre sus vivencias de niño y la forma de vida de la infancia y juventud actual, instando así a resucitar antiguas costumbres como cenar en familia o visitar a la abuela en domingo.
“Las personas de mi generación no tienen una grabación con la voz de sus padres, pero si a mí me pasa algo, mis hijos pueden ver en YouTube videos míos”, dijo ironizando a la vez acerca del uso exagerado de la tecnología, agregando que ahora sacamos fotografías de cualquier cosa, “antes una imagen significaba demasiado”, reflexionó.
Dady demuestra su capacidad de sostener un show de más de dos horas haciendo reír a la gente sin descanso. Da rienda suelta a sus memorias y repasa desde su infancia en el barrio Villa María Selva, en Santa Fe, Argentina hasta sus primeros tiempos en la capital bonaerense. Las risas aumentaban sobre todo cuando retrataba de forma caricaturesca a su familia.
Recordó asimismo las celebraciones como Navidad y Año Nuevo, que resultaban todo un acontecimiento, pues todos se involucraban en los preparativos. “Épocas en que éramos tan felices sin nada”, finalizó diciendo un Dady Brieva que además de hacer reír, invitó con este monólogo a reflexionar sobre la felicidad que puede encontrarse en las cosas más sencillas, valorando sobre todo la unión familiar.
victoria.martinez@abc.com.py