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“La prensa está para servir a los gobernados y no a los gobernantes”, se dice en un momento de la gran película que es “The Post”, un filme idealista no solo sobre el periodismo sino sobre la transparencia y de la importancia de que el juego sea transparente dentro una sociedad. Por eso, más allá del hecho histórico de que el Washington Post y el New York Times divulgaron las mentiras y manipulaciones cometidas por el gobierno de Estados Unidos durante la guerra de Vietnam, lo interesante es hacerse la pregunta de qué manera es actual la película que nos plantea Spielberg. “The Post” no es solo un filme para periodistas, como quedó en el tiempo “Todos los hombres del presidente” de Alan Pakula, filme con el cual las referencias son obvias. “The Post” es una película que agradará a todo público por su relato tan bien matizado y las muy buenas actuaciones de Tom Hanks y Meryl Streep, como Ben Bradlee, el jefe de redacción del diario, y su directora y propietaria Katherine Graham, respectivamente.
Nuevamente, hay una excelente construcción de época y un casting muy bien elegido.
Antes de ver la película, me resultaba difícil quitar de la mente la imagen de Jason Robards como Bradlee, en “Todos los hombres del presidente”. Pero Hanks ha construido muy bien el personaje de un hombre que se juega por la noticia con el objetivo de convertir al Post como una referencia mundial en el periodismo.
Aparte está la historia de Graham que debe posicionarse dentro de un mundo de hombres que desconfían de su capacidad solo por ser mujer. Una mujer que supo llevar adelante el diario, tras el suicidio de su marido, Phil Graham, el anterior director. Meryl Streep está nominada al Óscar por este papel.
El filme está también nominado al Óscar a Mejor Película. sferreira@abc.com.py