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El festival comenzó con la actuación del Ensamble Infanto-juvenil de la Asociación Cultural “Amigos del Arpa” de Villarrica.
Recordemos que es la primera vez que una delegación guaireña participa en el festival, luego de la polémica que ocurrió hace unos ante la oposición de algunos guaireños que Asunción sea declarada Capital Mundial del Arpa.
El ensamble interpretó temas de Félix Pérez Cardozo y el conocido “Pájaro Choguy”, de Guillermo Breer.
Luego actuó el español Manuel Vilas Rodríguez, que interpretó piezas barrocas españolas y americanas de los siglos XVII y XVIII.
Marcos Lucena presentó una Suite para Arpa y Clarinete con un grupo integrado por Mónica Lucena Romero, el clarinetista Rubén Darío Jara y tres arpistas del Conservatorio Municipal de Luque. La obra está dividida en “La miseria del indio”, “Late corazón de natascha” y “El canto de mi nación”.
El joven Kike Pedersen sorprendió con un arreglo para arpas de “Las abejas”, de Agustín Pío Barrios, y también estrenó una obra alegórica para el encuentro anual denominado “Viva el Festival Mundial del Arpa”.
La connacional Norma Ortega también presentó obras propias, con el grupo integrado por Paula Rodríguez (bajo), Javier Palma (percusión), Emilio Bareiro (guitarra flamenca) y Javier Abad (fagot). Tocaron “Soles de mayo”, “Diosa de las aguas” y “Aire gitano”.
Los otros artistas
La japonesa Rin Sakamoto interpretó una pieza de su país y “Misionera”, de Fernando Bustamante, antes de la presentación del argentino Athy, quien con su arpa céltica eléctrica deleitó a sus seguidores interpretando temas de su autoría como “Luna de Marrakesh” y “Cuchuflos”, además de la pieza “Baroque Flamenco”, de Deborah Henson.
Lo tradicional volvió con Dionisio “Piriríta” Aguayo, quien actuó con el recordado dúo Navarro-Villagra, sus compañeros de tantas noches en el desaparecido restaurante “La Curva”. Tocaron “Así es Paraguay” y “Caballito blanco”.
Finalmente, se presentó Celso Duarte (h), quien interpretó piezas veracruzanas, además del tema musical “La Balada del Indio”, obra del arpista compatriota Ismael Ledesma.
Todos los arpistas extranjeros fueron declarados visitantes ilustres por la Municipalidad de Asunción, al igual que en la primera noche.