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En esta película, Maddy Whittier (Amandla Stenberg) es una joven que tiene una enfermedad autoinmune que la impide salir de su casa. Su vida es completamente ascética en la casa ultraprotegida en que vive. Un día se muda enfrente un muchacho, Olly Bright (Nick Robinson), y la atracción surge desde el primer momento. Comienzan los saludos, luego los intercambios de mensajes a través de las redes. Era inevitable que se encuentren, y ella decide no solo conocerlo personalmente sino también salir a pasear con él, aunque eso signifique la posibilidad de morir en solo unas horas.
El material es muy interesante. La fuerza del amor es tanta, que ella prefiere arriesgarse, dejando atrás su casa libre de enfermedades. Pinta para hacer explorar mucho acerca de qué es lo importante en la vida. Pero todo se va en una película con una historia boba, con golpes bajos, lecciones pueriles de vida y una trama pasteurizada, para que pueda verla todo tipo de público. Claro, hay que venderles a los adolescentes la película. Pero los chicos no son tontos.
Algo interesante es la actuación de la joven Amandla Stenberg en su primer papel protagónico, aunque no llega a salvar la película.
sferreira@abc.com.py