Público llenó la Catedral en el homenaje a Remberto Giménez

Un emocionado público colmó todos los rincones de la Catedral Metropolitana de Asunción para el homenaje póstumo que recibió el compositor Remberto Giménez, de manos de la Orquesta Sinfónica de la Ciudad de Asunción (OSCA), bajo la dirección de Luis Szarán, el pasado martes.

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Con este concierto también se dio inicio a los festejos de la OSCA, que este año cumple 60 años de creación, siendo justamente Giménez su primer director.

En este marco, personas de todas las edades, entre quienes se encontraban también familiares del homenajeado, se dieron cita en la Catedral para escuchar a la agrupación sinfónica que, puntual, inició el concierto con la obertura de “Vísperas sicilianas”, de Giuseppe Verdi.

A esta composición siguió el Vals scherzo para violín y orquesta, de Tchaikovsky. Esta parte contó con la interpretación de José Miguel Miranda como violín solista. La enérgica y sentida ejecución del músico se llevó largos y muy fuertes aplausos de todos los presentes.

El repertorio de la gala continuó con el poema sinfónico “El Moldava”, de Federico Smetana. Esta obra dio paso a Vespucianas Op. 7, composición de Saúl Gaona, exviolinista de la OSCA.

El homenaje a Giménez, que falleció hace 40 años, dio cierre al concierto con dos obras suyas: “Ka’aguy Ryakuã” (Fragancia del bosque), y “Rapsodia paraguaya”, creada sobre motivos de la Golondriana y Campamento Cerro León.

Al culminar estas interpretaciones, la gente instantáneamente rompió en aplausos y aclamó por varios minutos a la OSCA, e incluso muchos se levantaron de sus asientos.

La última obra interpretada es considerada como una de las composiciones más importantes del repertorio sinfónico del Paraguay.

La misma emplea motivos de la Golondriana, danza de salón que se bailaba en los espacios aristocráticos de Asunción, a mediados del siglo XIX, previa a la Guerra de la Triple Alianza.

Al mismo tiempo, la obra emplea también fragmentos de la pieza de autor anónimo “Campamento Cerro León”.

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