Tangos y milongas de primera clase

El excelente espectáculo se llevó a cabo en el Teatro Lírico del Banco Central del Paraguay, el pasado viernes, ante un recinto casi lleno.

La compañía de baile Más Tango marcó el inicio del espectáculo demostrando sus bailarines sus cualidades a la hora de bailar e interpretar tangos y milongas. Con atractivos vestuarios, el elenco se llevó los primeros aplausos de la noche, antes del Quinteto Real.

Conformado por César Salgán (piano), Esteban Falabella (guitarra), Carlos Corrales (bandoneón), Juan Pablo Navarro (contrabajo) y Julio Peressini (violín), la agrupación porteña inició su propuesta con celebradas interpretaciones de “Canaro en París”, “Ensueños” y “Recuerdos”, primeras canciones donde el quinteto ya empezó demostrando la razón por la cual fueron nombrados en el 2000 “El mejor quinteto del siglo XX”.

Al tiempo de presentar a la banda, Salgán recordó a su padre, el también pianista y ex director del quinteto, Horacio Salgán. “Como digo siempre, este lugar fue, es y será de mi padre, el gran Horacio Salgán, quien cumplió hace días 98 años, así que como este año se celebra el centenario de Aníbal Troilo, mi padre quiere celebrar también sus 100 años, pero quiere que yo le devuelva el puesto”, bromeó, al tiempo de presentar “Ojos negros”, donde el violinista Peressini se lució y se robó los aplausos seguido por “La puñalada”.

“Es muy lindo para nosotros compartir el escenario con la danza, así que es un placer tener a Más Tango”, dijo Salgán, dando paso a “Shusheta” y a una pareja de bailarines, quienes engalanaron el momento, antecediendo a “Los mareados”. Seguidamente, el pianista dedicó “Milongas y milongueros” a los bailarines.

“La pulpera de Santa Lucía”, “El entrerriano”, “El arranque”, y “Gallo ciego”, estos dos últimos con atractivos bailes, se pudieron disfrutar antes de dar lugar a “Réquiem por un bandoneón”, composición de César Salgán, en homenaje a Aníbal Troilo, figura emblemática para el tango. “Tierra querida”, “Mano brava” y “Hotel Victoria” precedieron a “A fuego lento”, “un tema de Salgán, pero del verdadero”, dijo entre risas Horacio, refiriéndose a su padre. Con cada tango y milonga, la energía del público crecía, otorgando largos aplausos al final de cada canción, tanto a los grandes músicos y a los talentosos bailarines.

“Tanguito militar” marcaba el final pero la gente reclamaba más canciones, en tanto cedieron con “El amanecer” y Salgán contó que su padre comenzó a tocar, a sus 20 años, con el maestro Roberto Firpo, creador de dicha pieza. En este momento Peressini emulaba, con gran destreza en su violín, el canto de los pajaritos.

“La cumparsita” cerró la noche, respondiendo a la insistencia del público que pedía más. El Quinteto Real y Más Tango, cerraron juntos una maravillosa noche de tangos y milongas, de alta calidad.

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