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Blatter, de 71 años, sobrevivió al escándalo y logró su reelección tras la renuncia de su rival, el príncipe jordano Ali bin Al Hussein (39), al concurrir a la segunda vuelta. En la primera, Joseph logró 133 votos contra 73 de su oponente, pero no había conseguido los 140 que marcaban el límite de la mayoría requerida de dos tercios. En la segunda le bastaba la mayoría simple, pero Ali abandonó antes de tener que repetir una votación que se presentaba como un mero trámite para el actual presidente, que aseguró su quinto mandato.
Buena parte de los países en desarrollo en África, Asia, América Central y el Caribe no parecieron dispuestos a votar por un cambio, debido a que la actual cúpula de la FIFA les provee garantías monetarias anuales y pagos extra en los años en que se juegan los Mundiales.
La elección se llevó adelante en medio del peor escándalo de corrupción en los 111 años de la FIFA y ante un coro de pedidos para que Blatter se alejara del cargo.
Napout fue investido formalmente como uno de los vicepresidentes. Subió al escenario del Hallenstadion (en Zúrich) para estrechar la mano de Blatter y recibir los honores del Congreso, como el resto de integrantes del nuevo Comité Ejecutivo. El guaraní ocupa el sillón que le corresponde a su Confederación, independientemente a quién haya sido electo presidente.