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Al Independiente le faltó contudencia y al Sportivo Luqueño, más juego. Al final, el 1-1 terminó ajustándose a lo sucedido ayer en el espectáculo desarrollado en la "Ciudad de la Música".
Luqueño fue una invitación a la goleada y el Independiente, que juega bien, pero que parece no estar del todo acomodado a la máxima categoría, sigue sin poder sumar de acuerdo a la proporción de su producción.
Un perfecto tiro libre de Fidel Miño adelantó al equipo campograndense que luego se cansó de desperdiciar acciones de gol, con Iriberri, Luis Miño, que quiso entrar al arco con pelota y todo, con Bogado, pero pronto cambiaría el rumbo del juego.
Comenzó el segundo tiempo y Villasantti le sacó en un mano a mano a Iriberri. En la jugada siguiente, Edison Giménez remató, Derlis Gómez dio el rebote y Pedro Irala estableció el empate.
Independiente, de cómodo dominador, pasó a complicarse y el Auriazul, con el apoyo de su gente, intentó dar la vuelta la historia, estando cerca con tiro sutil por arriba del "Mágico Samudio, un jugador de gran calidad, pero que se mueve como si estuviese jugando en el Sajonia o el Centenario.
El "Inde" no lo liquidó y Luqueño reaccionó, pero no fue suficiente. Claro, existen varios jugadores que no aguantan 90 minutos y uno se pregunta, si se dedican a esto, al fútbol, en qué habrán perdido tanto tiempo?
Luqueño fue una invitación a la goleada y el Independiente, que juega bien, pero que parece no estar del todo acomodado a la máxima categoría, sigue sin poder sumar de acuerdo a la proporción de su producción.
Un perfecto tiro libre de Fidel Miño adelantó al equipo campograndense que luego se cansó de desperdiciar acciones de gol, con Iriberri, Luis Miño, que quiso entrar al arco con pelota y todo, con Bogado, pero pronto cambiaría el rumbo del juego.
Comenzó el segundo tiempo y Villasantti le sacó en un mano a mano a Iriberri. En la jugada siguiente, Edison Giménez remató, Derlis Gómez dio el rebote y Pedro Irala estableció el empate.
Independiente, de cómodo dominador, pasó a complicarse y el Auriazul, con el apoyo de su gente, intentó dar la vuelta la historia, estando cerca con tiro sutil por arriba del "Mágico Samudio, un jugador de gran calidad, pero que se mueve como si estuviese jugando en el Sajonia o el Centenario.
El "Inde" no lo liquidó y Luqueño reaccionó, pero no fue suficiente. Claro, existen varios jugadores que no aguantan 90 minutos y uno se pregunta, si se dedican a esto, al fútbol, en qué habrán perdido tanto tiempo?