La tecla justa

Difícil, complicado, incierto, así se debe catalogar el presente y futuro cercano de los dos grandes del fútbol paraguayo tras los resultados y, por sobre todo, los rendimientos del fin de semana.

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Las exigencias de ambas hinchadas están muy distantes de ser correspondidas por equipos que no terminan de moldearse y pasan demasiado rápido de la euforia a la depresión, con la misma velocidad que los entrenadores de turno reciben y pierden el famoso “respaldo” por parte de la dirigencia y el propio plantel de jugadores.

Trovato tuvo que salir al paso el día después del empate frente a Rubio Ñu y aclarar que Olimpia “no puede estar cambiando técnico cada dos partidos”, intentando poner algo de mesura hacia parte de la afición franjeada que pidió a los gritos la salida de Mauro Caballero. 

La pregunta es: ¿dio en la tecla justa Olimpia con el reemplazante de Repetto? El silencio por ahora es la mejor respuesta. 

Lo que fue un arranque promisorio en algunos aspectos en aquel 3 a 3 contra Guaraní, generó grandes esperanzas con el triunfo frente a Capiatá, pero todo fue muy efímero, ya que el planteo de Mauro en el superclásico y lo mal que jugó el equipo el sábado debilitaron ampliamente su imagen ante el público.

Olimpia es un equipo lento, sin juego por los costados y sin ideas ante la primera adversidad, como pasó frente a Cerro o tras la igualdad parcial lograda por Rubio Ñu.

En el fondo y ante la flojedad de sus laterales Pellerano sobresale marcando a los rivales y cubriendo los errores de sus compañeros; en el medio Ortiz se empeña en jugar a un toque y trasladar el balón, generalmente fallando en ambas acciones, y al no estar Benítez les cuesta mucho sorprender a Roque y Montenegro. 

¿El resultado? Un equipo silbado, un técnico insultado y una hinchada frustrada por el pobre arranque de este 2017 en el que las proyecciones eran otras.

¿Y Cerro? Venía dulce por la victoria y el rendimiento en el superclásico, con un Félix León respaldado por referentes del plantel y un gran sector de la hinchada, hasta que arrancó el juego con Luqueño.

El silencio de la dirigencia tras la respuesta negativa de Milito nos inclinó a pensar que se repetiría la historia de Roberto Torres y Florentín, cuyos interinatos duraron más de lo previsto por los buenos resultados iniciales, en una posición cómoda pero superficial de parte de quienes conducen la institución.

Pasa que en Barrio Obrero hace rato tampoco dan en la tecla justa, ya que, a las malas elecciones de Farías y Morínigo, las presencias del Tiburón y Florentín nunca tuvieron un respaldo sobrio que les garantice continuidad a prueba de un par de malos resultados.

Eso, por no haber dado en la tecla justa, Olimpia y Cerro se debaten en medio de amplias dudas sobre el rumbo a seguir. En Para Uno por ahora le trasladaron los cargos a los jugadores, mientras que en barrio Obrero suena un nombre recurrente en los últimos años como el de Pedro Troglio, con una especie de resignación entre lo que buscaban y lo que tienen a disposición.

federico.arias@abc.com.py

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