La última función

Y se va nomás el Apertura, con los grandes fuera de carrera y con la intención de que la despedida pase bien desapercibida, Olimpia y Cerro ya pusieron los ojos en el cercano segundo semestre, lo que se notó en las concurrencias a los estadios, en los que el ausentismo fue bien profundo como el frío que arribó pasado el domingo al mediodía.

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Justo esa temperatura formó parte del entorno en los juegos de una definición que no fue tal, porque los dos mejores equipos del fútbol paraguayo, Libertad y Guaraní, cumplieron con la misión de superar a sus rivales, dejando todo para una última función.

Los gumarelos llegaron a Luque y salvo los primeros minutos, en los que fueron dominados y pasaron por dos grandes sustos hacia el arco de Muñoz, impusieron y usaron en su favor la gran diferencia de jerarquía a la hora de llegar al gol, en lo que algunos llaman contundencia.

Y hacemos hincapié en esto último, porque mientras el auriazul Juan Núñez no acertó el arco con un cabezazo desde una inmejorable posición, Jesús Medina sí lo hizo en la primera ocasión seria que dispuso Libertad, abriendo el camino del triunfo con su pie derecho, justo el menos hábil, argumentando por qué unos están cerca del título y los otros se acostumbraron tanto a las derrotas como a los cambios de entrenadores.

Por eso no entra siquiera en el terreno del análisis la sospecha de Juan Alberto Acosta, el calificar al 3 a 0 final como un hecho vergonzoso, justo el mismo resultado, ante el mismo rival y en el mismo escenario en el que el Aborigen logró el torneo Clausura pasado.

Y si seguimos con el 3 a 0, los de Jubero ganaron con este score tres de sus últimos partidos, ante Sol, Olimpia y el mencionado Sportivo, que ocupa por mérito propio el penúltimo lugar en la tabla.

Guaraní no solo tiene fútbol, también posee un gran corazón. Por eso el festejo desenfrenado en el agónico gol de Palau, recordando aquel triunfo frente a Sol del año anterior, en un partido muy diferente a aquel, pero en el que también se instaló el mensaje de que habrá lucha hasta el final.

Es el gran mérito aborigen, el que cada vez que pueden lo sacan a flote dirigentes, cuerpo técnico y jugadores. El que jugó en todas las canchas, el que no postergó ningún juego, el que tuvo doble competencia, el que pelea el campeonato local hasta el final, ¡ahhh!... y por las dudas, el único club paraguayo que sigue con vida en la Libertadores. Como pueden ver, son varios los motivos para sacar pecho, aunque en el cabeza a cabeza se siga un punto atrás.

Lo que sí se puede notar es que en Dos Bocas saben que si no hay título el próximo fin de semana, no existe absolutamente nada que reprocharse, un sentir muy bueno para el fútbol y la vida misma, es la certeza de haber hecho todo lo posible.

En Tuyucuá reaccionaron a tiempo y ese es el gran mérito, tras aquella caída contra Capiatá el equipo de Jubero no solo ganó todo lo que jugó, sino que no recibió goles y mostró mucho equilibrio en todos los órdenes, contradiciendo a aquellos profetas que afirmaban que el míster se iba a obnubilar como en ocasiones anteriores sobre el final.

Por lejos y como consta en la tabla, los dos mejores equipos paraguayos se preparan para la última función, que solo podría dar lugar a la disputa de un partido final en caso de derrota liberteña y empate aborigen, una combinación bastante difícil, aún a sabiendas que esta vez los jueces de turno, Independiente y Nacional, serán más rigurosos que los del último domingo.

federico.arias@abc.com.py

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