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Explicó que los agroexportadores pagarán el grano por tonelada, descontándoles el porcentaje o valor de las retenciones y trasladándole el impuesto a través de un descuento ya vigente llamado “premio”. Por eso, insiste, es el productor primario quien terminará financiando un tributo del cual, en principio, no era el destinatario. “Por este motivo más que un impuesto a las exportaciones será un impuesto a la producción”, asegura Piris Da Motta.
Como consecuencia de este impuesto, añade, muchos pequeños productores y agricultores saldrán del negocio o arrendarán sus campos, ya que solo podrán trabajar los que posean mayor escala de producción.