“Construir Yguazú para generar una energía más cara no tiene sentido”

–¿Cuál es la posición de la Aisep referente al proyecto para la maquinización de la presa Yguazú?

–Desde todo punto de vista, ese proyecto, así como está hoy, ya no es viable. Es más, nos preocupa que al construirse el proyecto actual, esta presa, que es la única que tenemos de propiedad totalmente paraguaya, quede inutilizada para su uso en otros emprendimientos combinados, en los cuales se pueden sacar más de 1.000 o 2.000 megavatios (MW), que inclusive serán de mayor utilidad para el año 2025 aproximadamente, cuando ya no vamos a disponer de potencia. Energía vamos a disponer, pero esos picos de potencia que se van a ir generando ya no podrán cubrirse con Itaipú, Yacyretá y Acaray. Es ahí donde entraría Yguazú, pero no con 200 MW sino con 1.000 o 2.000 MW. Además, ese embalse puede servir para acumular energía que se pueda generar en horarios de mucha demanda, incluso a través de turbogeneradores solares y eólicos.

–¿Quiere decir que plantean un nuevo proyecto?

–Planteamos un proyecto más grande, tenemos incluso algunos costos. Es algo que el país va a necesitar porque la energía eléctrica no es algo que se pueda acumular, hay que utilizarla en el momento en que se está generando. Entonces, en el momento que se está generando energía solar o eólica y nos haga falta, tenemos que reducir la potencia que retiramos de las dos binacionales, porque si así no lo hacemos, esa agua que se deja de usar queda en ese embalse, que no es de nuestra propiedad, porque en realidad es binacional. En cambio, si tenemos el embalse de la presa Yguazú, ese ahorro lo hacemos bombeando el agua de la presa inferior, que es una propuesta nuestra que se construya.

–¿Cuál es el motivo por el cual la ANDE insiste en este proyecto?

–En realidad no consigo entender por qué continúa el proyecto, porque no resiste ningún análisis, ni técnico ni financiero. Tal vez por esa razón ya nadie en su sano juicio lo ha concretado. Es muy probable que si alguien hoy firma o manda ejecutar eso, más tarde o más temprano va a tener que pagar las consecuencias, porque de hecho sería una acción totalmente antipatriótica, pues dificultaría o imposibilitaría que ese embalse nacional lo podamos usar más adelante para nuestras necesidades, que van a aparecer a partir del año 2023. Entonces, construir la central de Yguazú para generar energía a un precio mucho más caro no tiene sentido, además está el problema del descalce financiero de la obra, que por ley está prohibido.

–¿Entonces qué se debería hacer para atender la creciente demanda?

–Solo para tener un marco de referencia, este año la demanda creció a un valor superior a lo que entregaría Yguazú. La demanda máxima fue de 2.700 MW y el crecimiento está en torno al 10%, que es 270 MW, y el año que viene eso va a ir aumentando. En el año que estaría prevista la entrada en servicio de esta central de 200 MW, la demanda aumentaría en torno a los 800 MW, entonces no tiene sentido, es una gota en el mar. Hay que hacer la obra, pero con otro proyecto. Nosotros sugerimos una obra combinada, utilizando turbinas reversibles. También hay que hacer una presa de compensación que, de todos modos, en este proyecto deben hacerlo para evitar problemas ambientales, y que tampoco figura en el mismo y que cuando se concrete en algún momento va a saltar.

–¿Cómo ven el proceso licitatorio de ANDE?

–Llama la atención la extrema benevolencia con algunas empresas para que sean adjudicadas, violando todos los preceptos de una licitación transparente, por más internacional que sea. Nosotros creemos que se han violado las reglas, permitiendo que determinadas empresas ajusten sus ofertas en pleno proceso de apertura de sobres. Entonces, yo digo que hay ocasiones en que sería mejor pagar las comisiones que habría que pagar al banco que está propiciando la contratación de una empresa y que no se hable más de la obra, para que de esa forma el daño para la nación sea menor que el de construir este “elefante blanco”, que, además de no servir para nada, va a perjudicar una futura utilización mucho más eficiente de ese embalse.

–Otro cuestionamiento de Aisep es que dejan de lado otras prioridades...

–Es así, pues nuestro problema hoy es la subtransmisión, porque transmisión serían 500 y 220 kV; subtransmisión serían 66 kV y distribución 23.000 voltios. La ANDE está carente de equipos para transformar estos niveles de tensión más elevados y la demanda está creciendo. Deben instalar transformadores en torno a los 300 megavatios, y eso implica la mitad de los transformadores ya instalados hoy en Villa Hayes, donde hay 600 megavatios. Eso requiere una infraestructura y una logística de la ANDE que está totalmente superada. Vemos que existen recursos, pero por su desempeño o falta de gestión no se aprovechan. Estamos ante una situación en que si no se hacen bien las cosas, va a caer el sector eléctrico.

–¿Qué opinan sobre el proyecto de la segunda línea de 500 kV?

–Nosotros acompañamos el pedido de los industriales metalúrgicos para que las torres de la línea de transmisión de 500 kV se hagan en el país. Creo que la industria nacional se preparó y tiene actualmente la capacidad para atender la demanda requerida. Puede ser que existan restricciones de los organismos multilaterales, pero habiendo voluntad e intención de la gente de la ANDE y del Gobierno eso puede ser obviado, por ejemplo utilizando los bonos soberanos para financiar el paquete de las torres y de ese modo fomentar el desarrollo de nuestra industria, porque aún tenemos cinco líneas de 500, como mínimo, para hacer y es el momento de fortalecer la capacidad local.