Consultora Fitch mejoró la calificación soberana del país

El secretario de Estado explicó que de esta manera Fitch se suma a la calificación que ya otorgó Moody’s en febrero y la Standard & Poor’s, en junio.

De acuerdo con los datos de la cartera fiscal, a fines de enero del año pasado Fitch cambió su perspectiva de “estable” a “positiva”, manteniendo en ese momento la calificación en “BB-”, pero ahora la nueva calificación es “BB”, manteniendo la perspectiva estable.

Por su parte, en febrero del año pasado Moody’s había subido un escalón la calificación de bonos de Paraguay de “Ba3” a “Ba2”, y cambió su perspectiva de “estable” a “positiva” y en junio la Standard & Poor’s también mejoró la calificación de “BB-” a “BB”, manteniendo la perspectiva estable.

Peña destacó que la importancia de esta nueva calificación es que Fitch lo ratifica en un momento en que el escenario internacional es menos alentador.

Indicó que la mejora se traduce para el país en mayor y mejor calidad de inversiones, ya que es el indicador más importante que miran los inversionistas para radicar capital o aumentar sus inversiones en Paraguay.

También, agregó, hace que el costo de financiamiento sea cada vez menor para los casos en que se siga emitiendo bonos para cubrir las obras de infraestructura, así como para bonos emitidos por las empresas privadas.

A su criterio, el “boom” de las inversiones que recibe desde hace algunos años nuestro país se debe, precisamente, a la constante mejora de la calificación.

El viceministro de Economía, Daniel Correa, apuntó que esto es parte de la política de estabilidad y crecimiento económico que se viene registrando en nuestro país.

La calificadora señala en su informe, según Hacienda, que la implementación de la ley de responsabilidad fiscal será un reto para el Gobierno, teniendo en cuenta que el presupuesto fue sancionado con un déficit de 3,5% del PIB, por encima del límite legal de 1,5%.

Sostiene que las calificaciones de Paraguay equilibran un largo historial de prudencia fiscal a través de diferentes ciclos económicos y políticos y los fuertes indicadores de solvencia fiscal contra la alta volatilidad del PIB debido a shocks climáticos, bajos ingresos tributarios y los factores estructurales comparativamente débiles en términos de tasas de inversión, el PIB per cápita, calidad institucional e indicadores de desarrollo social.

Además, hace referencia a los factores que podrían ayudar a seguir elevando la calificación, como avances en el ambiente de negocios y la ejecución de obras, así como mejoras estructurales de las finanzas públicas en términos de aumento de ingresos tributarios, rigidez del gasto y manteniendo moderados niveles de deuda.