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El dólar se apreció alrededor de 100 puntos ayer en el mercado local y alcanzó un pico de G. 5.520 en el cambio minorista, un valor similar al que tenía a mediados de 2006, antes de la crisis financiera de 2008.
La presión en el tipo de cambio que se observó en los últimos días se debe principalmente a un mayor posicionamiento en el “billete verde” por parte de los agentes financieros e importadores por temor a una mayor apreciación de la divisa en el futuro.
En el mercado local la demanda de divisas en el circuito financiero fue de US$ 45 millones este miércoles, frente a una oferta de US$ 12 millones. En solo tres días los agentes financieros demandaron divisas por US$ 106 millones, mientras que la oferta sumó US$ 42 millones.
BCP aumentó ventas
Ante el incremento de la demanda de dólares, el Banco Central del Paraguay (BCP) aumentó su intervención e inyectó US$ 38 millones en la jornada de ayer. Entre el lunes y miércoles vendió US$ 74 millones, que tampoco ayudó a frenar la escalada de la divisa estadounidense ante la moneda local.
Desde la entidad monetaria indicaron ayer que hoy, jueves, mañana y el lunes próximo continuarán ofertando dólares por un monto de US$ 12 millones diarios, adicionales a los US$ 6 millones que viene ofertando por día dentro del esquema programado.
En lo que va del año el dólar acumula una apreciación del 17,4%.
Divisa sobrevaluada
Raúl Vera, del Banco Regional, indicó que la cotización que alcanzó el dólar estadounidense esta semana no condice con la tendencia lineal que debería tener, en este caso un promedio de G. 5.258 por unidad. Un dólar por encima de los G. 5.400 es claramente una tendencia sobrevaluada, indicó.
Acotó que la volatilidad en el tipo de cambio persistirá, al igual que la tendencia al alza del dólar, que para finales del año cerraría en G. 5.600. No obstante agregó que Paraguay está muy bien preparado para afrontar este tipo de shocks que vienen de afuera.
Al igual que el lunes y el martes, la presión sobre el tipo de cambio giró ayer en torno a las repercusiones externas por decisiones financieras en China, específicamente por la caída de la bolsa y las devaluaciones del yuan. Estas decisiones financieras de la segunda mayor economía mundial incrementan el pesimismo sobre su desempeño en el futuro, por lo que los inversores se posicionan mayormente en dólares.