El Pilcomayo llegó a la zona del antiguo Estero Patiño y en este momento está ingresando en el área de Tinfunké. Transcurrieron ocho años desde la última vez que el río llegó a la región, que en forma acelerada sufrió un proceso de transformación ecológica por la carencia de aguas.

Los ocho años que pasaron fueron terribles para las unidades productivas instaladas en su valle de inundación. La sequía golpeó con fuerza a los establecimientos ganaderos, causando ingentes pérdidas económicas.

El Estero Patiño simplemente dejó de existir, así como el conjunto de lagunas que integraban uno de los humedales más fascinantes y ricos en biodiversidad de Sudamérica.

El Pilcomayo, escurriéndose por el cauce del río Montelindo, se dirige con velocidad hacia el establecimiento ganadero Tinfunké, donde existe un inmenso esteral que sirve de reservorio de agua.

El río está cruzando el establecimiento Tres Marías, con rumbo a Tinfunké. María Elsa Del Mónico, una de las propietarias instaladas en la zona, comentó que están aguardando con expectativa la llegada del Pilcomayo. "Para nosotros se convirtió en un acontecimiento y nos estamos preparando para viajar al Chaco a observar de nuevo al Pilcomayo en Tinfunké. Apenas pare la lluvia, salimos para allá".

Técnicos de la Comisión Nacional del Pilcomayo confirmaron que se espera el ingreso del río en Tinfunké en la madrugada de mañana sábado. El límite de escurrimiento sería al estancia Ju’i, de Jhon Baldwin, donde a duras se lograba mantener el suministro de agua al ganado. Ju’i llegó a trascender por la lucha tenaz por seguir existiendo como establecimiento ganadero, dada la carencia extrema de agua.

Baldwin comentó a ABC su alegría por la posibilidad de tener nuevamente el Pilcomayo regando los campos de lo que fue el Estero Patiño. "Estábamos sobreviviendo con pozos, que cada vez eran más profundos porque también las napas freáticas se estaban secando. Ojalá llegue y puedan llenarse de nuevo los acuíferos", expresó el ganadero.


SITUACIÓN EN GENERAL DÍAZ

El fortín General Díaz se encuentra aislado por tierra. La gigantesca masa de agua que ingresa a través de la cañada La Madrid arrasó con los cuatro puentes que permitían el acceso al poblado y el Pilcomayo cortó todos los caminos que conducen hasta el sitio.

En otras circunstancias se podría pensar que la crecida que tiene lugar es un daño, pero en el Chaco los grandes beneficios del Pilcomayo se obtienen con los desbordes que cubren los campos y llenan de agua los esterales que luego sirven de reservorios en los duros meses de sequía.

Por otro lado, la llegada del agua también significa alimentación para los pobladores y comunidades indígenas, por la abundancia de peces y otros animales silvestres que volverán a la región.

Es importante destacar la tarea desplegada en los últimos meses por la fiscala del ambiente María Bernarda Alvarez, quien recorrió las diversas propiedades donde se levantaron represas para contener al Pilcomayo. La intervención de la fiscala Alvarez fue sumamente eficaz para facilitar el escurrimiento del Pilcomayo.

Por otro lado, quedó en evidencia que el trabajo de limpiar, rehabilitar y profundizar los cauces naturales es el camino adecuado para alcanzar el objetivo de recuperar las aguas del río. A lo largo del año, la Comisión Nacional del Pilcomayo trabajó en la limpieza de la cañada La Madrid, lo que permitió que haya llegado nuevamente a lo que fue el Estero Patiño. Lástima que para este año la administración de Nicanor Duarte Frutos no haya previsto un solo guaraní para tareas en el Pilcomayo.