Estado debe tomar en serio a Bolivia

Preguntado si la iniciativa privada no es suficiente como para aprovechar el mercado boliviano, el dirigente industrial respondió: “Debería ser una política de Estado, para que cuando el sector privado consiga los mercados de ida y de vuelta, no tropiece con un montón de cosas que las tiene que resolver el Estado. Yo creo que nosotros con Bolivia podemos hacer muchas cosas, pero no sé por qué regla de tres siempre fue olvidada y uno de los grandes problemas para llevar productos a ese mercado es la falta de un buen camino”.

Añadió que, a pesar de esas complicaciones, algunas industrias están exportando al mercado boliviano, como las de los domisanitarios, los fabricantes de galletitas, y que se puede hacer “muchas cosas más”, porque con Bolivia tenemos economías más complementarias. “Lo que nosotros les podemos enviar ellos posiblemente no lo tengan; pero qué podemos traer de Bolivia, voy a pilotear si lo digo, aparte del gas licuado de petróleo y gas natural, obviamente”.

En este último caso, recordó que cuando Bolivia hizo los gasoductos con Brasil y Argentina, simplemente se desviaron del Paraguay y que la falta de un ducto es uno de los grandes problemas que tenemos para traer el producto hasta territorio paraguayo.

Requerido si se justificaría construir un gasoducto, contestó: “Económicamente no sé hasta qué punto, pero te doy un dato: el sábado (último) estuvimos en la inauguración de la fábrica de Alukler, que es la primera fábrica de perfiles de aluminio del país, con una inversión de US$ 17 millones. En el mundo, el 80% de este tipo de industria es a gas. Ellos hicieron un cálculo con nuestro precio de la energía eléctrica y les convenía traer una máquina a electricidad, porque el gas es caro en nuestro país, porque no tenemos y cuando uno lo quiere, lo tiene que traer casi en garrafas, entonces sale muy caro el transporte”.

Tavella insistió en que a Bolivia se puede llevar un montón de cosas. “Sin embargo, estamos casados con Brasil y Argentina. Esta última prácticamente nos cerró sus fronteras hace tres años. Brasil, en la medida que necesita nos compra y cuando no, deja de comprarnos. Ahora con la devaluación del real hemos dejado de ser competitivos. En poco tiempo, poco o nada le vamos a vender a Brasil, y eso hace que las industrias que se prepararon para la exportación empiecen a buscar mercados y una muy buena opción sería Bolivia, además de Perú y Colombia”, concluyó.