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En ese sentido, añadió que de ahí también viene la alta tasa de reincidencia y ahí viene todo complicado el problema de la calidad institucional. “La idea de las publicaciones (sobre la situación de las cárceles) es que nosotros queremos que sea visible. Tenemos 10.000 personas en contexto de encierro y muchas de ellas, muchos de ellos, provenientes de esa franja etaria, de esos sitios”, expresó.
Sobre el punto agregó que los cinturones de pobreza se han alimentado de la migración del campo a la ciudad, y como estos ciudadanos no tienen educación y una capacitación adecuada, terminan en la criminalidad. Al respecto, dijo que esta realidad hay que mirarla de una manera trasversal, en sus comienzos, y no solamente cuando esa persona ya está presa. “Esto les hablo, no desde el punto de vista sentimentalista, sino como de algo que hay que atender con muchísima seriedad y que tiene que ver con la capacitación, porque ese joven no tiene posibilidad hoy día de acceder a un puesto de empleo”, resaltó la ministra.
Sobre el problema, el titular de la CAP, Carlos Jorge Biedermann, advirtió que si el país no capacita su dividendo demográfico, gente en edad de producir, en 10 ó 15 años serán un “lastre”.