No hay dinero para completar Lote 2 de hidroeléctrica de Yguazú

Para las obras de la central de Yguazú, ANDE dispone de US$ 200 millones otorgado por la JICA (Agencia de Cooperación Internacional), más US$ 65 millones de contrapartida aportada por ANDE.

Inicialmente, con los US$ 265 millones, la Estatal debía financiar las cuatro etapas de las obras, que son: Lote 1: “Accesos y Obrador”. Lote 2: “Obras civiles”. Lote 3: “Provisión de turbinas”, y el Lote 4: “Línea de transmisión y estación transformadora”.

Originalmente, el plan contemplaba terminar los trabajos durante el periodo de gracia (10 años) y amortizar el préstamo con las producción de la nueva central, y si bien nos encontramos aún en el periodo de gracia y no están pagando los intereses, se está amortizando el capital y, hasta el momento, solo se completó la primera de las cuatro etapas de la obra (accesos y obrador).

También habría que destacar que mientras tanto la consultora japonesa, contratada para la fiscalización de los trabajos, factura igual las horas/hombres, y ya se habrían abonado más de US$ 7 millones en tal concepto.

Además hay un equipo de la ANDE afectado al programa, cuyo sueldos se pagan de la contrapartida local, sin importar que todo el programa se encuentra paralizado.

3ª Licitación

La Licitación pública internacional N° 1007/14, convocada por ANDE para los trabajos del lote 2 “Obras civiles para la instalación de las turbinas”, el consorcio Constructor Yguazú, conformado por la empresa brasileña Camargo Correa SA y la empresa paraguaya Talavera y Ortellado SA, único oferente habilitado por ANDE para ofertar, cotizó US$ 229.731.995,69 sin IVA, por lo que finalmente su oferta sería US$ 252.705.195,26.

Empero, llamativamente, el consorcio Hidrochina -Tecnoedil SA, que fue eliminado por ANDE, según sus representantes sin que medien explicaciones hasta hoy, su oferta ascendía a US$ 188.912.571, incluido IVA, lo que hace una diferencia de US$ 63.792.624,26 con la oferta “ganadora”.

Gastos acumulativos superan las previsiones

Considerando que hasta hoy la ANDE lleva gastados US$ 4 millones en las obras del Lote 1 (única etapa que pudo completarse), la provisión y montaje de las turbinas fueron adjudicados al consorcio Toshiba Corporation-Mitsui & Co. Plant Systems por US$ 76 millones, más US$ 25 millones que deberán pagar a la Nippon Koei por consultoría. Recordemos, la “única” oferta del lote 2 fue de US$ 252.705.195,26, vale decir, que la inversión “inicial” de este proyecto rondaría los US$ 357.705.195,26.

En principio esto demuestra que ya habría un descalce financiero de US$ 92.705195,25.

En términos prácticos, esto significaría que se dejarían sin financiación las obras del Lote 4; “Línea de conexión a la subestación de Itakyry”.

Y si consideramos que las obras del Lote 4 quedarían fuera del programa y que ANDE deberá buscar otra fuente de financiamiento, en este caso deberíamos sumar US$ 25 millones al desfasaje presupuestario.

Esto podría interpretarse como una maniobra de ANDE para obligar al Estado a endeudarse por una suma multimillonaria adicional para proseguir con el proyecto y concluirlo.

Es, sin dudas, una jugada demasiado riesgosa porque nada se sabe si el Legislativo aprobará un nuevo crédito o no, y cuánto tiempo podría demandar este proceso. En definitiva, exponen al país a que reciba otra obra no rentable y a los contribuyentes a que terminen pagando los platos rotos.

Las preguntas pertinentes aquí serían: ¿Podrían las autoridades de ANDE predecir cuánto terminará costando este emprendimiento? ¿El proyecto seguirá siendo rentable? ¿Aprobará el Poder Legislativo más créditos para este proyecto?

Y la pregunta del millón sería: ¿Al tratarse de obras relacionadas con el sistema energético del país, las licitaciones que podrían favorecer a los intereses nacionales no deberían ser más transversales y transparentes, como lo señala el presidente Cartes?

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