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De esta manera, los ‘‘eternos’’ fleteros de la estatal resultan ser las mismas firmas que operan desde tiempos lejanos; ese es el caso de Mercopar SA, Mercofluvial, Yerutí SRL, Soparna, Naviera Conosur SA, Stella Mary’s SRL y UABL Paraguay SA, entre otras.
La primera firma se encuentra registrada a nombre de Carlos Augusto López y Horacio Enrique López (más conocidos como los hermanos López o ‘‘Pitufos López’’), y otorgaron poder general a favor de Juan Carlos Astaburuaga. En tanto, Mercofluvial SA también está vinculada a ‘‘Los Pitufos’’ y a Luis Manzoni, primo del ex presidente Juan Carlos Wasmosy.
A su vez, Yerutí SRL figura a nombre de los socios Guillermo Andrés Stewart N. y María Benigna Montero, mientras que la Naviera Conosur SA se encuentra liderada por Rodolfo Riego Gauto (presidente), Rodolfo Roque Riego Sánchez (director titular) y Rubén Virgilio Liuzzi Villalba (gerente general).
Según el objeto de la licitación pública nacional, el servicio de transporte fluvial contempla desde puertos de embarque o puntos de carga de la Argentina y Uruguay hasta puertos de nuestro país y viceversa.
Al evitarse la participación internacional se resta la posibilidad de obtener un ventajoso concurso de precios, con el consecuente resultado satisfactorio para el Estado, como producto de la competencia de las empresas participantes.
La estatal, de la mano de su asesor jurídico Ronaldo Stanley, establece contratos leoninos que favorecen solo a una de las partes y en la que casi siempre resulta perdidoso el ente estatal.
Mientras, el sector privado abona en concepto del flete de nafta unos US$ 20/m3, a la estatal le cotizan US$ 26,70/m3, con la mínima salvedad de la diferencia de peso entre un combustible y otro, que, según los entendidos, no genera una abrupta diferencia en los precios, como los administradores de la estatal pretenden hacernos creer para justificar sus elevados costos.
La primera firma se encuentra registrada a nombre de Carlos Augusto López y Horacio Enrique López (más conocidos como los hermanos López o ‘‘Pitufos López’’), y otorgaron poder general a favor de Juan Carlos Astaburuaga. En tanto, Mercofluvial SA también está vinculada a ‘‘Los Pitufos’’ y a Luis Manzoni, primo del ex presidente Juan Carlos Wasmosy.
A su vez, Yerutí SRL figura a nombre de los socios Guillermo Andrés Stewart N. y María Benigna Montero, mientras que la Naviera Conosur SA se encuentra liderada por Rodolfo Riego Gauto (presidente), Rodolfo Roque Riego Sánchez (director titular) y Rubén Virgilio Liuzzi Villalba (gerente general).
Según el objeto de la licitación pública nacional, el servicio de transporte fluvial contempla desde puertos de embarque o puntos de carga de la Argentina y Uruguay hasta puertos de nuestro país y viceversa.
Al evitarse la participación internacional se resta la posibilidad de obtener un ventajoso concurso de precios, con el consecuente resultado satisfactorio para el Estado, como producto de la competencia de las empresas participantes.
La estatal, de la mano de su asesor jurídico Ronaldo Stanley, establece contratos leoninos que favorecen solo a una de las partes y en la que casi siempre resulta perdidoso el ente estatal.
Mientras, el sector privado abona en concepto del flete de nafta unos US$ 20/m3, a la estatal le cotizan US$ 26,70/m3, con la mínima salvedad de la diferencia de peso entre un combustible y otro, que, según los entendidos, no genera una abrupta diferencia en los precios, como los administradores de la estatal pretenden hacernos creer para justificar sus elevados costos.