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De que el impuesto a la exportación de granos será absorbido por compradores internacionales tampoco es cierto, según él, porque se trata de un impuesto interno que no se “exporta”. Por otro lado, rechaza el argumento de que quienes están en contra del proyecto son funcionales a los sojeros.
“Quienes denunciamos como inadecuado este proyecto no queremos ser funcionales a ganancias extraordinarias que percibirán injustamente las agroexportadoras, ni queremos ser cómplices de la intención que encubre. Al contrario, coincidimos con el diagnóstico sobre los problemas originados por el monocultivo de soja, y creemos, por eso mismo, que se tiene que implementar una política tributaria realmente justa, no una que grava al productor y premia a las grandes multinacionales”, dijo.