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A las 10:20 de ayer dieron inicio a la subasta de un inmueble de la Dinac, de unas ocho hectáreas, cuyo precio base era de G. 58.357 millones (más de 11 millones de dólares).
Unos 10 minutos después, previa lectura del edicto, se vieron obligados a declararla desierta porque no se presentó ni un solo oferente a pujar por el inmueble.
Previamente se inscribió uno solo, de nombre Luis Alberto López, pero que finalmente no presentó oferta alguna.
El presidente de la Dinac, Luis Aguirre, no ocultó su molestia ante lo ocurrido y culpó a la “mala prensa” del hecho. El proceso estuvo salpicado por sospechas de direccionamiento del remate, que naturalmente fueron publicadas.
Aguirre dijo que ahora comenzarán a analizar otras alternativas y recordó que la Carta Orgánica de la Dinac autoriza a los administradores a negociar directamente la venta de inmuebles, sin necesidad de subastas.
Representantes de los sindicatos de la Dinac celebraron el fracaso del intento debido a que desde un principio manifestaron su oposición a que la institución se desprenda de la propiedad.
“La Dinac ni siquiera tiene una sede propia y esta administración liquida los pocos bienes que tiene la institución”, dijo un dirigente antes de que se diera inicio al evento.
Sospechas de direccionamiento
Durante la convocatoria, la Dinac modificó los principales requisitos de la subasta, según el presidente para dar participación a un mayor número de oferentes.
La primera modificación se relacionaba con la reducción del porcentaje de seña de trato que habían establecido inicialmente: de un 50% del monto adjudicado al 30%.
En cuanto al cheque de gerencia con que debía abonarse el precio, la Dinac lo reemplazó por la presentación de un certificado de garantía bancaria de disponibilidad de los fondos.
El cheque de gerencia fue uno de los principales cuestionamientos al paquete de exigencias de la Dinac para participar en la subasta, requisito que incluso despertó sospechas de que el proceso estaba dirigido.
Los denunciantes alertaron que era imposible contar con un cheque de esas características en el momento de la subasta, porque el monto se conoce cuando el martillero pide las ofertas.
Las versiones indicaban que el principal oferente formaba parte del Poder Ejecutivo.
Otro de los requisitos modificados por la Dinac se refiere a la cancelación del monto ofertado por la propiedad, cuyo plazo en principio no superaba los 10 días, pero posteriormente fue establecido para el momento de la escrituración, dentro de los 30 días siguientes a la subasta.