Un mismo trapiche para garantizar tres créditos de la Azucarera Iturbe

Se sospecha que los directivos de la Azucarera Iturbe SA (AISA) habrían dado el mismo trapiche industrial como garantía en tres oportunidades diferentes para la gestión de créditos a favor de la empresa. Paralelamente, el proceso de subasta de la planta industrial preocupa a la mayoría de los acreedores por encontrarse excluidos de la venta del ingenio.

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VILLARRICA (Pablo Gastón Ortiz, corresponsal).-La propiedad del molino, sector utilizado para extraer el jugo de la caña dulce, fue incluida junto a los demás bienes muebles e inmuebles de AISA en un contrato de garantía de fideicomiso a favor de cuatro entidades financieras. Dos de ellas, los bancos Regional y Visión, piden la venta de la planta industrial a fin de cobrar créditos por US$ 8.200.000 y US$ 620.000, respectivamente, ya que la fábrica no cumplió con los pagos. Sin embargo, el mismo trapiche es reclamado también por la firma Ceregral Saeca, que posee los derechos sobre el molino en carácter de certificado de depósito y warrant. Mediante esta operación, AISA pudo gestionar créditos con la garantía de la maquinaria “warranteada”. El warrant representa la garantía mobiliaria (prenda) constituida sobre la mercadería depositada.

A esto se le suma el hecho de que el mismo trapiche está en prenda a favor de la familia del senador Óscar González Daher (ANR). Según indicó su colega, Nelson Aguinagalde, el parlamentario colorado tiene unos US$ 13 millones invertidos en el ingenio en quiebra.

Hasta enero de este año los directivos de AISA fueron: Fernando Campos Riera, su esposa Emma Elena Codas, su cuñado Roberto Codas y su suegra Sara Estela Friedmann. Esta supuesta irregularidad se suma a distintas denuncias que soportan los directivos, como desvío de fondos del IPS, etc.

Emma Codas reconoció que llevaron a cabo estas operaciones financieras, pero dijo que cada una se realizó con “una parte diferente del molino industrial”. Por cada maquinaria, correspondía una garantía, dijo.

Acotó que el trapiche “es en realidad un conjunto de máquinas y que cada equipo que lo conforma se utilizó separadamente para el fideicomiso, el warrant y la prenda”. Pese a la oposición de los directivos de AISA, los emisarios del Banco Familiar ingresaron a la planta días atrás para realizar tasación e inventario a fin de subastar la fábrica. Esta entidad no es acreedora pero aparece como fiduciaria y tiene el rol de ejecutar el contrato de fideicomiso a pedido de Regional y Visión.

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