El MOPC tiene problemas porque las consultoras le embaucan

El MOPC adjudicó al consorcio de empresas “Constructora Asunción-EDB Construcciones” el contrato para construir la ruta interurbana conocida como “Acceso Este”, que partiendo de San Lorenzo empalmará con Madame Lynch al costado del Cementerio del Este en Asunción. El Ing. Enrique Díaz Benza, del consorcio adjudicatario, denunció que el diseño de la ruta mencionada plantea una serie de dificultades que podrían comprometer la buena ejecución de la obra si no se procede a la modificación del proyecto de ingeniería correspondiente. Mientras tanto, técnicos del MOPC han señalado que están previstas las indemnizaciones que corresponderán pagar, eludiendo responder sobre las obras adicionales que serán necesarias construir a criterio del Ing. Díaz Benza. Esta tempranera advertencia debe merecer la atención de las principales autoridades del MOPC, a fin de evitar que esa obra otra vez resulte un nuevo atraco a las arcas del Estado.

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El Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) adjudicó al consorcio de empresas “Constructora Asunción-EDB Construcciones” el contrato para la construcción de la ruta interurbana conocida como “Acceso Este” que, partiendo de la avenida Gral. Eugenio A. Garay en San Lorenzo, empalmará con la avenida Madame Lynch en el costado norte del Cementerio del Este en Asunción, con una extensión de 10 kilómetros. El contrato de referencia fue firmado el pasado 26 de mayo, pero, pese al tiempo transcurrido, hasta ahora no se han iniciado los trabajos de construcción.

La justificación dada por autoridades del MOPC al respecto es que aún falta contratar la empresa consultora que tendrá la tarea de fiscalizar los trabajos bajo la supervisión de la cartera estatal. Por su parte, la explicación del representante del consorcio adjudicatario, ingeniero Enrique Díaz Benza, es que la institución aún no desembolsó el anticipo contractual correspondiente.

Sea como fuere, lo llamativo de la situación suscitada con esta importante obra vial no es tanto la demora en la iniciación de los trabajos de construcción, como las declaraciones formuladas recientemente por el representante del consorcio adjudicatario, denunciando que el diseño de la ruta interurbana en cuestión plantea una serie de dificultades que podrían comprometer la buena ejecución de la obra si no se procede a la modificación del proyecto de ingeniería correspondiente. Entre los obstáculos citados se incluyen, entre otros, viviendas familiares y torres de alta tensión de la ANDE ubicadas sobre la franja de dominio de la futura ruta, las que obviamente deberán ser reubicadas. Citó además que será necesaria la construcción de obras hidráulicas no previstas en el proyecto a los efectos de canalizar varios cursos de agua que cruzan el trazado de la vía a construir.

“El Acceso Este va a ser un dolor de cabeza, tanto para la constructora como para el ministerio y debe ser reestudiado”, vaticinó el conocido empresario vial, quien en su tiempo lideró el consorcio de empresas encargado de la construcción de la avenida Madame Lynch, obra que para su terminación demandó el doble del plazo contractual y costó el doble del precio originalmente presupuestado.

Mientras tanto, técnicos del MOPC consultados al respecto de las declaraciones del representante del consorcio se limitaron a señalar que están previstas las indemnizaciones que corresponderán pagarse, eludiendo responder acerca de las obras adicionales que serán necesarias construir a criterio del ingeniero Díaz Benza, y que no están presupuestadas.

Atendiendo al malhadado antecedente de la construcción de la avenida Madame Lynch y a que el líder del consorcio contratista del Acceso Este sea el mismo empresario que con sucesivas ampliaciones de obras y plazos consiguió doblar su costo y quien, contraviniendo especificaciones ambientales, atiborró de escombros un sector del Parque Ñu Guasu aledaño a la mencionada avenida, su tempranera advertencia de que el contrato para la construcción del Acceso Este tendrá que sufrir modificaciones importantes y, consecuentemente, aumento de costo, debe merecer la atención de las principales autoridades del MOPC, a fin de evitar que esa obra otra vez resulte un nuevo atraco a las arcas del Estado.

A fin de poner freno a la consuetudinaria angurria que al parecer todavía subyace en la mente de algunos empresarios vialeros mal acostumbrados a estafar al Estado en connivencia con empresas subsidiarias que fungen como consultoras y burócratas concusionarios del MOPC, las actuales principales autoridades de esa repartición estatal deberían poner coto al abuso de confianza que las mismas vienen perpetrando impunemente desde hace décadas. Una de ellas, la Consultora OTING, reclutada como favorita durante la administración del exministro Efraín Alegre, ha ganado pésima notoriedad con los defectuosos proyectos de ingeniería de la autopista Ñu Guasu y de la reconstrucción de la Ruta III, en el tramo desvío a Puente Remanso-Limpio. La citada consultora está representada por Julio Álvarez e integrada por el consorcio OTEC-INGSER.

La impunidad es el caldo de cultivo de la corrupción. El MOPC debe implementar una política institucional de tolerancia cero con las empresas consultoras reincidentes en el delito de elaborar proyectos defectuosos, sea por incompetencia profesional, negligencia o dolo, excluyéndolas definitivamente de su lista de empresas habilitadas para participar en licitaciones del MOPC, medida que debería tener alcance legal vinculante con relación a otras reparticiones del Estado.

Mientras tanto, ahora que todavía hay tiempo, habría que volver a estudiar el proyecto del Acceso Este para comprobar si el ingeniero Díaz Benza tiene razón, y realizarse las correcciones necesarias.

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