La ineptitud y la deshonestidad hunden al IPS

El Instituto de Previsión Social (IPS) tiene un déficit acumulado de 600.000 millones de guaraníes, y el Consejo de Administración no sabe de dónde sacar dinero para pagar sus deudas, según confesó hace unas semanas su presidente, Benigno López. Por de pronto, puede reclamar al Poder Ejecutivo que el Estado le pague más de 300.000 millones de guaraníes, por no haber hecho jamás su aporte del 1,5% sobre el monto de los salarios abonados. También podría recaudar unos 600.000 millones de guaraníes si vende, previa autorización legislativa y en subasta pública, las más de 200.000 hectáreas que la previsional posee en el Chaco y que alquila al irrisorio precio promedio de ¡931 guaraníes mensuales la hectárea! Y podría poner manos a la obra para cobrar los más de 950.000 millones de guaraníes que adeudan 20.000 de las 52.000 empresas registradas, según la auditoría realizada hace poco por la Dirección Obrero-Patronal del ente. El IPS así tendría de dónde sacar dinero para pagar “las deudas atrasadas de hace cuatro a cinco años, que se patean para delante, y nunca se supo...”, según palabras del propio presidente de la institución.

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El Instituto de Previsión Social (IPS) tiene un déficit acumulado de 600.000 millones de guaraníes, y el Consejo de Administración no sabe de dónde sacar dinero para pagar sus deudas, según confesó hace unas semanas su presidente, Benigno López. Por de pronto, le sugerimos reclamar al Poder Ejecutivo que el Estado le pague su deuda de más de 300.000 millones de guaraníes, por no haber hecho jamás su aporte del 1,5% sobre el monto de los salarios abonados, tal como lo dispone la Carta Orgánica de la entidad previsional. También podría recaudar unos 600.000 millones de guaraníes vendiendo, previa autorización legislativa y mediante subasta pública, las más de 200.000 hectáreas que el IPS posee en el Chaco, al norte de Mcal. Estigarribia, y que está alquilando al irrisorio precio promedio de ¡931 guaraníes mensuales la hectárea! Y, desde luego, el Consejo de Administración podría poner manos a la obra para cobrar los más de 950.000 millones de guaraníes que adeudan 20.000 de las 52.000 empresas registradas, según la auditoría realizada hace poco en la Dirección de Aporte Obrero-Patronal del IPS.

Probablemente, muchas de las empresas en mora son pequeñas y están dispersas por todo el país, pero también hay empresas medianas y grandes que incumplen su obligación legal desde hace muchos años, gracias a la corrupción e ineficiencia de la entidad acreedora. Por ejemplo, la fallida Azucarera Iturbe SA dejó de aportar durante 16 años, pese a que descontaba de los haberes de sus empleados, según reveló el ministro de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, Guillermo Sosa, a mediados de noviembre de 2014. Esta canallada, que acaso no sea algo excepcional, solo pudo ser cometida gracias a la complicidad o el encubrimiento de quienes estaban al frente de la Dirección de Aporte Obrero-Patronal del IPS o, incluso, de la propia entidad.

Entre los grandes evasores también está la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), como se acaba de constatar en el marco del escándalo suscitado en torno al fútbol mundial y sudamericano. Resulta que esa entidad adeuda al IPS nada menos que 12.388 millones de guaraníes, habiendo incurrido en impagos ya desde su instalación en el país en 1998. El hecho de que una organización tan importante, cuya sede central está ubicada en las puertas de la capital y no lejos de la propia entidad previsional, haya evadido el pago obligatorio durante diecisiete años solo es atribuible a que los funcionarios responsables del IPS fueron o muy ineptos o muy corruptos. En este caso, como en el de las 20.000 empresas en mora, quienes en las últimas décadas integraron y presidieron el Consejo de Administración tienen mucho que explicar. ¿Nunca se imaginaron que las deudas acumuladas en concepto de aporte obrero-patronal podían ser considerables? ¿O lo sabían y no deseaban ocuparse del asunto para no molestar a sus amigos, correligionarios o parientes? Ahora, tras la auditoría practicada en la Dirección de Aporte Obrero-Patronal, la máxima autoridad del IPS se muestra “sorprendida” por el volumen de la evasión de larga data, recientemente cuantificada, aunque Benigno López ya había estimado hace siete meses que la evasión rondaba el 55%. Las organizaciones de empleadores y trabajadores, representadas en el Consejo de Administración, ¿no tenían la menor idea de que el impago tiene enormes dimensiones?

La evasión se agrava cuando se considera que el aporte obrero-patronal realizado suele responder a un salario mínimo ficticio y no al percibido en verdad: el empleador y el trabajador reducen así sus respectivas cuotas mensuales, sin que ello implique una disminución de los servicios que el IPS debe prestar al asegurado. A este fraude se agrega que muchos trabajadores no están registrados, e incluso con su consentimiento: prefieren quedarse con la suma equivalente al 9% de su salario antes que entregarla al IPS, en tanto la patronal se ahorra el porcentaje que debe abonar por su empleado.

El IPS sí tendría de dónde sacar dinero para pagar, en palabras de su presidente, “deudas atrasadas de hace cuatro a cinco años, que se patean para delante, y nunca se supo, no solo con las empresas farmacéuticas, sino también con las constructoras y otros proveedores”. Para eso, aparte de exigir que el Estado cumpla con la ley, abonando lo que adeuda desde siempre al IPS, y de darle un destino mucho más rentable al enorme inmueble chaqueño, el Consejo de Administración debe promover el cobro judicial de los aportes adeudados y combatir la evasión depurando su aparato administrativo, empezando por la Dirección de Aporte Obrero-Patronal. Su jefe, Lic. Mirko Duré, ya ha sido reemplazado (también debería ser investigado, así como por lo menos las cinco últimas personas que ocuparon el cargo), pero el saneamiento debe extenderse a todos los niveles y en especial al de los inspectores, cuya remuneración informal por hacer la vista gorda sería envidiable. Solo con funcionarios idóneos y honrados podrá el IPS cobrar a sus deudores para poder pagar a sus acreedores y para atender mejor a los asegurados.

La limpieza a fondo debe incluir la reducción de los gastos rígidos: hoy, el IPS gasta unos 70.000 millones de guaraníes mensuales en los sueldos de sus 16.700 funcionarios, es decir, lo mismo que gasta en remedios e insumos, mientras que sus ingresos alcanzan unos 140.000 millones de guaraníes.

Lo que no hace falta en absoluto es aumentar el porcentaje del aporte obrero-patronal, pues, como bien dijo Benigno López, “antes de hablar de aumentos en nada, lo que tenemos que hacer es trabajar en resolver los problemas internos y ser más eficientes”.

Ante estas pruebas, es fácil concluir que lo que falta en IPS es aptitud para administrar y honestidad. Es hora de que la ciudadanía lo reclame.

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