Plausible iniciativa de universitarios

Una reciente iniciativa de estudiantes de la Facultad de Ingeniería de la UNA, respecto a la aplicación móvil (app) diseñada para ser ejecutada en teléfonos inteligentes, será capaz de conocer con precisión las necesidades en materia de infraestructura escolar a nivel país. Esta tecnología, que estará disponible gratuitamente para que las autoridades diseñen políticas oportunas, permitirá a ingenieros y arquitectos diagnosticar con celeridad y precisión la situación edilicia de escuelas y colegios, y posibilitará así evitar, entre otras cosas, los derrumbes tan frecuentes en los últimos tiempos.

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Una reciente iniciativa de estudiantes de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Asunción (Fiuna), respecto a la aplicación móvil (app) diseñada para ser ejecutada en teléfonos inteligentes, será capaz de conocer con precisión las necesidades en materia de infraestructura escolar a nivel país. Esta tecnología, que estará disponible gratuitamente para que las autoridades diseñen políticas oportunas, permitirá a ingenieros y arquitectos diagnosticar con celeridad y precisión la situación edilicia de escuelas y colegios, y posibilitará así evitar, entre otras cosas, los derrumbes tan frecuentes en los últimos tiempos.

En cuanto a disponer de centros de enseñanza con infraestructura conforme a estándares de calidad, el Decreto Nº 6589/94 y la Resolución Nº 3985/99 del Ministerio de Educación y Cultura (MEC) disponen que los servicios educativos para la Educación Escolar Básica (EEB) cuenten con agua corriente, sanitarios con inodoros conectados a la red cloacal, energía eléctrica, aulas en buen estado, salón multiuso, sala de maestros, área de recreación, dirección, secretaría, computadoras con acceso a internet, biblioteca, laboratorio y talleres. Si bien las normativas apuntan a configurar un sistema educativo que busca la excelencia, un buen número de instituciones, principalmente las de carácter público, están lejos de llegar a lo mínimo deseable. Muchos estudiantes que darán inicio al año lectivo 2017 tropezarán con las dificultades de siempre: sillas destartaladas y sin pupitres, aulas con fisuras en las paredes y techos, vidrios rotos, patios y sanitarios insalubres son algunas de las realidades con las que decenas de miles de alumnos deberán lidiar desde el primer día de clases.

Ante este escenario deplorable, la ciudadanía sabe suficientemente que buena parte de la superación de esta realidad pasa por la gestión de los gobiernos departamentales y municipales, que con los recursos descentralizados del Fondo Nacional de Inversión Pública y Desarrollo (Fonacide) deben encarar las obras de construcción, remodelación o mantenimiento de escuelas y colegios. Lamentablemente, la corrupción ha minado los buenos propósitos, perjudicando seriamente el aprendizaje, sobre todo el de aquellos educandos que provienen de hogares de bajos ingresos.

El plausible esfuerzo de los estudiantes de la Fiuna no debe caer en saco roto, sino fructificar para apoyar y enaltecer la educación. Ojalá que el ministro Enrique Riera tenga la energía suficiente para vencer previsibles resistencias y alentar una renovada esperanza de que el sistema educativo paraguayo pueda salir del atolladero en que se encuentra.

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