Torpeza

Un grotesco espectáculo constituyó la reciente decisión del Ministerio de Salud Pública de enviar camionadas de biblioratos que llenaron los pasillos del Palacio Legislativo, para responder a un pedido de informes de la Cámara de Diputados. El “chiste” le costó al erario nada menos que ¡700 millones de guaraníes! Mientras tanto, los ruinosos hospitales no tienen suficientes equipos, medicamentos ni insumos. La irracionalidad es atribuible en este caso a ambas partes involucradas. Para peor, ahora se anuncia un pedido de informes sobre el pedido de informes anterior. ¡Increíble!

Cargando...

Un grotesco espectáculo constituyó la reciente decisión del Ministerio de Salud Pública de enviar camionadas de biblioratos que llenaron los pasillos del Palacio Legislativo, para responder a un pedido de informes de la Cámara de Diputados. El “chiste” le costó al erario nada menos que ¡700 millones de guaraníes! Mientras tanto, los ruinosos hospitales no tienen suficientes equipos, medicamentos ni insumos.

En verdad, el informe solicitado por los diputados a su vez resultó algo insólito: querían conocer la nómina de los 44.000 funcionarios del Ministerio, contratados y comisionados, con sus respectivos cargos e ingresos, así como sobre la asistencia de cada uno de ellos entre mayo de 2014 y octubre de este año, entre otras cosas. El voluminoso informe, remitido en 2.000 biblioratos que contienen en total un millón de hojas, abarcó solo los diez meses de 2015, de modo que el indignante despilfarro aumentará una vez que se remitan los datos del 2014. Aquí cargan con la culpa tanto los diputados, que pidieron el informe “en medios impresos y magnético” (sic), como el Ministerio, que no creyó oportuno señalarles su estupidez y preguntarles si no bastaría con recurrir a los medios magnéticos.

Pero detengámonos un rato en los curiosos legisladores. ¿Qué tuvieron en mente al aprobar el disparatado proyecto de sus colegas Antonio Buzarquis y Dionisio Amarilla? ¿Acaso cada uno de ellos pensaba que iba a leer todos los datos solicitados, transmitidos por el medio que sea? ¿O iban a instalar una comisión especial que, a su vez, encargaría a los “asesores” la atenta lectura de la documentación requerida? Según el diputado Buzarquis, el MSPB actuó en forma irracional y de mala fe. La irracionalidad es atribuible, en primer lugar, a la Cámara de Diputados, por solicitar un informe que, ni por asomo, habría podido ser bien estudiado por cada uno de sus miembros, ni por los parásitos disfrazados de “asesores” que tienen a sueldo a costa de los contribuyentes, aunque hubiese sido presentado por medios magnéticos. En realidad, los atolondrados legisladores no tenían el menor interés de analizar la información requerida, como no lo tienen en la generalidad de los casos: la pidieron rutinariamente, sin percatarse del soberano disparate y solo para dar la impresión de que están muy preocupados por el manejo de la cosa pública. Incurrieron en una costosa ridiculez, con el deplorable acompañamiento ministerial.

Por lo demás, el diputado Buzarquis ya anunció la continuación del grotesco capítulo parlamentario-burocrático: ahora pedirá un informe detallado y la remisión de las facturas para verificar si es cierto que se gastó un dineral para remitir el informe referido. Habrá, pues, un pedido de informe sobre otro pedido de informe anterior. ¡Increíble!

Enlance copiado
Content ...
Cargando ...