Asaltos, robos y abigeato agobian a pobladores

La comunidad de Arroyos y Esteros se encuentra en zozobra a causa del aumento de robos, asaltos y abigeato en la zona. En solo dos semanas fueron robadas seis motocicletas, incluyendo una motocarro, pertenecientes a productores de escasos recursos económicos.

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ARROYOS Y ESTEROS (Desiré Cabrera, de nuestra redacción regional). Pobladores de esta localidad manifestaron estar desesperados por el aumento progresivo de delitos como robos domiciliarios, asaltos y abigeatos, que azotan la zona desde hace unos meses. En solo dos semanas fueron robadas en diferentes circunstancias cinco motocicletas y una motocarro de un horticultor que quedó sin su elemento de trabajo.

Según la coordinadora de la Comisión Central de Productores Orgánicos Arroyenses (CCPOA), María Elena Sánchez de Bogado, la situación se volvió insostenible en los últimos tiempos. Los asaltos a mano armada se producen a plena luz del día y cada vez son más violentos, indicó.

Lo peor es que los afectados luego reciben llamadas extorsivas de los delincuentes que les advierten que no hagan denuncias. La acción de la Policía Nacional es prácticamente nula, especialmente en las compañías y además no hay detenidos, según los denunciantes.

El subjefe de la comisaría de la ciudad, subcomisario Darío Escobar, minimizó las graves acusaciones. “No es tan así”, dijo y agregó que solo tienen denuncias de dos robos en los últimos tiempos, pero que ya están tras las pistas de los supuestos responsables.

Por otro lado, el abigeato es un flagelo que afecta tanto a los pequeños como grandes ganaderos. La impotencia se apodera de las víctimas de los cuatreros porque saben que es difícil recuperar los animales robados y porque los pocos detenidos en alguna intervención policial en muy poco tiempo recuperan su libertad.

El abigeato afecta a grandes, medianos y pequeños ganaderos. Muchos no denuncian por temor porque están desprotegidos, mientras otros porque no confían en la policía, fiscales y jueces. En Arroyos y Esteros el año pasado fueron robados más de 200 animales, entre caballos y vacunos. Ni el 10 por ciento fue recuperado.

Las víctimas dicen que dos bandas de cuatreros operan en el lugar utilizando conocidos caminos como el de 19 kilómetros que conduce a la localidad de Juan de Mena. El producto supuestamente se vende en 1º de Marzo.

Otro grupo atraviesa propiedades privadas cortando alambradas y utilizan la Ruta III para llevar la carne con destino desconocido. Algunos ganaderos afirman que hay dos clases de cuatreros: el poderoso organizado que opera en vehículos “ante la vista gorda de las autoridades” y el delincuente común que faena los animales en los alrededores de los tajamares y traslada la carne a puestos de venta de la zona. Aseguran que las autoridades policiales y fiscales, además de las comunales, manejan estas informaciones, pero que prefieren quedarse de brazos cruzados.

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