Chamacocos descendientes de checo Fric piden tener su propia comunidad

En Puerto Esperanza (Chaco), cerca de Bahía Negra, existe una comunidad de indígenas chamacocos-ishir, muchos de los cuales son los autodenominados checomacocos, descendientes del explorador checo Alberto Fric. Una parte de ellos quiere una nueva comunidad para dedicarse a la ganadería y la agricultura más alejados del río. El Indi tiene en sus manos la decisión al respecto.

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Los chamacocos que desde hace un tiempo tratan de dejar firme la formación de una nueva comunidad, la de Nueva Esperanza, en el distrito de Bahía Negra, Alto Paraguay (Chaco), han recurrido de nuevo en estos días al Instituto Paraguayo del Indígena (Indi) para insistir en el reconocimiento de sus líderes y su asentamiento.

Así informó a nuestro diario uno de los impulsores de esta iniciativa, Cándido Martínez Ferreira, quien a la vez es concejal municipal por el PLRA en Bahía Negra, aunque en este caso actúa como uno de los descendientes (bisnieto) de Albert V. Fric, el explorador checo quien en la primera década del siglo XX recorrió esa parte del Chaco y se unió a la chamacoca Lora-y, con quien tuvo una hija, Herminia, abuela de Cándido, fallecida en el 2009 con 104 años.

Estos indígenas con sangre europea son parte de la comunidad chamacoca-ishir de Puerto Esperanza, situado sobre el río Paraguay, a unos 900 kilómetros aguas arriba de Asunción, y viven en unas tierras de 21.300 hectáreas que les entregó el Estado.

La idea de fundar una comunidad aparte surgió de la intención de dedicarse a la ganadería y a la agricultura en parcelas situadas lejos del río, al fondo de la citada propiedad, donde las tierras son aptas y donde ya cuentan con corrales, aunque todavía precarios, tajamares y sistemas de bombeo de agua para los bebederos, además de unas 400 cabezas de ganado vacuno, que pertenecen a unas 25 familias.

El ganado lo consiguieron con apoyo de sus parientes de la República Checa y las demás instalaciones con la ayuda de algunas entidades públicas y de organizaciones no gubernamentales.

El asentamiento es todavía precario, porque estaban gestionando la construcción de viviendas con el Senavitat y otros organismos, pero perdieron la adjudicación debido a que el Indi anuló este año el reconocimiento que ya había otorgado a la nueva comunidad de Nueva Esperanza en el 2012.

“Uno de los motivos alegados para la anulación es justamente que nuestro asentamiento es precario, pero al dejar sin efecto nuestro reconocimiento, paradójicamente nos quitaron la posibilidad de tener las casas para asentar definitivamente allí a nuestras familias”, explicó Martínez, quien comentó que ahora se están autogestionando, con apoyo de nuevo de sus parientes checos y amigos y colaboradores de estos en Europa, la construcción de ranchos.

Argumentó que tienen a varios jóvenes chamacocos graduados en escuelas agrícolas que ya están trabajando la tierra y ayudan en la cría del ganado, pero que necesitan viviendas para que puedan formar su hogar y seguir viviendo en el Chaco, con su comunidad. “Por ahora tenemos una especie de retiro ganadero”, alegó.

Martínez aclaró también que la intención de ellos no es dividir la tierra que tienen como chamacocos sino tener una comunidad propia para gestionar la posibilidad de un desarrollo económico y multiplicar la ayuda que reciben desde la Rca. Checa o de algún organismo local.

Los descendientes de Fric son unos 200, pero no todos están en Nueva Esperanza, muchos siguen viviendo cerca del río, en el antiguo asentamiento.

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