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Actualmente, una parte del cerro con cualquier lluvia se desmorona y toneladas de piedras caen en bloque. Además, los traficantes de maderas y explotadores de piedras ponen en riesgo este recurso natural.ACAHAY (Emilce Ramírez, de nuestra redacción regional). La administración, preservación y delimitación de las 2.500 hectáreas de la tierra habían quedado bajo la responsabilidad del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), que hasta el momento nada ha hecho en el lugar.
Ranulfo Garcete, uno de los lugareños, manifestó que luego de la intervención de la Fiscalía del Ambiente que se produjo el año pasado se dejó de explotar la cantera. Sin embargo, ahora en forma esporádica muchas veces en el medio del cerro se escuchan que algunas personas están cortando los árboles, lo que constituye un nuevo riesgo para el cerro.
El cerro Acahay no solo está rodeado de la belleza de los paisajes, sino que en su interior guarda igualmente atractivos económicos para algunos que se dedican a la explotación de las canteras y un encanto misterioso lo hace diferente de los demás cerros existentes en el lugar.
En la ladera del cerro se puede apreciar un arroyo, en medio de las rocas se deslizan cristalinas aguas que sirven a los animales para consumo y para algunos pescadores a fin de distraerse y disfrutar del tranquilo y silencioso lugar.
La belleza del cerro, que se encuentra florecido con el lapacho rosado y los frondosos árboles, aguarda que alguna vez se pueda delimitar el área y protegerla de los exploradores furtivos de piedras y maderas que permanentemente ingresan hasta el lugar.
Varios hechos extraordinarios se sucedieron en el cerro y que despertaron la curiosidad de los pobladores. Un caso llamativo se registró el 4 de noviembre de 1998. En una calurosa tarde a plena luz del día los lugareños del barrio Virgen de Fátima, que viven a unos 200 metros en la ladera del cerro, fueron sorprendidos con un estruendo impresionante que provenía de la colina y momento después se percataron que parte del cerro se abrió. Afirman que se hundieron las rocas y los árboles y se volvió a cerrar.
Entonces, el geólogo de la Dirección de Recursos Minerales del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), Lic. Darío Gómez Duarte, había explicado que se produjo el deslizamiento y hundimiento del cerro con fractura de unos 170 grados en forma vertical. Indicó que es un fenómeno natural producido por el movimiento de una parte del terreno que se encuentra sobre otra resbaladiza y frecuentemente empapada por agua, cuya presión no aguanta y rompe la tierra.
Desde ese entonces jamás nadie se ocupó en estudiar y delimitar el lugar que muchos dijeron fue a consecuencia de la constante explosión que se realizaba en la cantera. Sin embargo, nadie hasta el momento se ocupa en resguardar dicho sitio que es un patrimonio natural.
Asimismo, un hecho que llamó la atención en el 2007 fue también que una parte del cerro comenzó a despedir humo y nadie se explicaba el porqué de dichas manifestaciones naturales.
Ranulfo Garcete, uno de los lugareños, manifestó que luego de la intervención de la Fiscalía del Ambiente que se produjo el año pasado se dejó de explotar la cantera. Sin embargo, ahora en forma esporádica muchas veces en el medio del cerro se escuchan que algunas personas están cortando los árboles, lo que constituye un nuevo riesgo para el cerro.
El cerro Acahay no solo está rodeado de la belleza de los paisajes, sino que en su interior guarda igualmente atractivos económicos para algunos que se dedican a la explotación de las canteras y un encanto misterioso lo hace diferente de los demás cerros existentes en el lugar.
En la ladera del cerro se puede apreciar un arroyo, en medio de las rocas se deslizan cristalinas aguas que sirven a los animales para consumo y para algunos pescadores a fin de distraerse y disfrutar del tranquilo y silencioso lugar.
La belleza del cerro, que se encuentra florecido con el lapacho rosado y los frondosos árboles, aguarda que alguna vez se pueda delimitar el área y protegerla de los exploradores furtivos de piedras y maderas que permanentemente ingresan hasta el lugar.
Varios hechos extraordinarios se sucedieron en el cerro y que despertaron la curiosidad de los pobladores. Un caso llamativo se registró el 4 de noviembre de 1998. En una calurosa tarde a plena luz del día los lugareños del barrio Virgen de Fátima, que viven a unos 200 metros en la ladera del cerro, fueron sorprendidos con un estruendo impresionante que provenía de la colina y momento después se percataron que parte del cerro se abrió. Afirman que se hundieron las rocas y los árboles y se volvió a cerrar.
Entonces, el geólogo de la Dirección de Recursos Minerales del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), Lic. Darío Gómez Duarte, había explicado que se produjo el deslizamiento y hundimiento del cerro con fractura de unos 170 grados en forma vertical. Indicó que es un fenómeno natural producido por el movimiento de una parte del terreno que se encuentra sobre otra resbaladiza y frecuentemente empapada por agua, cuya presión no aguanta y rompe la tierra.
Desde ese entonces jamás nadie se ocupó en estudiar y delimitar el lugar que muchos dijeron fue a consecuencia de la constante explosión que se realizaba en la cantera. Sin embargo, nadie hasta el momento se ocupa en resguardar dicho sitio que es un patrimonio natural.
Asimismo, un hecho que llamó la atención en el 2007 fue también que una parte del cerro comenzó a despedir humo y nadie se explicaba el porqué de dichas manifestaciones naturales.