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HUMAITÁ, Ñeembucú (Clide Noemí Martínez, corresponsal). El festejo por el aniversario de la ciudad estaba programado para ayer, pero se suspendió por lluvia. Las actividades se llevarán a cabo el 14 de febrero próximo.
La comunidad dista unos 40 kilómetros de Pilar, capital departamental. En días de lluvia, sufre aislamiento por falta de caminos de todo tiempo.
Un pedraplén de 200 metros fue construido recientemente para evitar el derrumbe del templo San Carlos Borromeo, más conocido como “Ruinas de Humaitá”. Las autoridades y gestores culturales del lugar habían solicitado a la Entidad Binacional Yacyretá (EBY) la ampliación del dique para permitir que sean protegidos el Cuartel del Mariscal López, actual museo, y otros edificios de la época.
El aislamiento y el olvido a los que fue sometida la población durante mucho tiempo hace que Humaitá se caracterice por la proliferación de “taperas”, casas y ranchos abandonados por los vecinos que las ocupaban para migrar a otros países en busca de mejores horizontes.
La población está constituida en su mayoría por adultos mayores que se resisten a abandonar su lugar de origen y los niños que quedaron bajo cuidado de sus abuelos. Los jóvenes y adultos en edad de trabajar, en su gran mayoría, se encuentran realizando actividades laborales en Argentina o España, o en Asunción u otras ciudades del país, lo que genera la dolorosa separación de los miembros de las familias humaiteñas.
La “Sebastopol de América” pasó por dos épocas de florecimiento: una de ellas, durante los años posteriores a la independencia y hasta la Guerra del 70, cuando la mayoría de los pobladores murieron heroicamente combatiendo a las fuerzas de la Triple Alianza (Argentina, Brasil y Uruguay) y, la segunda, en los primeras décadas del siglo pasado, con el crecimiento de la actividad comercial, tiempo en el que Humaitá llegó a ser la capital departamental.
Muelle clausurado
El muelle de madera construido hace pocos años y era muy visitado por los turistas que llegaban a Humaitá no resistió a la riada, y parte de su estructura se desplomó. Por el peligro que representa, las autoridades locales decidieron clausurar el sitio.
Se espera de que la ayuda de alguna institución permita reconstruir la estructura, que se había sumado a la belleza del paisaje del lugar. Los visitantes aprovechaban el mirador del sitio para lograr las mejores tomas con las Ruinas y otros edificios como fondo.
Igualmente, los humaiteños piden que continúe la construcción del muro que protege al sector histórico de la ciudad. Los 200 metros de pedraplén ejecutados recientemente permitieron proteger las ruinas del templo San Carlos d Borromeo, un verdadero símbolo de la resistencia paraguaya en la Guerra contra la Triple Alianza.
Los pobladores indicaron que sin esta estructura probablemente el río se hubiera llevado los restos del emblemático edificio inaugurado por Carlos Antonio López en 1860.