La vergonzosa ruta a La Patria es para circular en tanques de guerra

INFANTE RIVAROLA, Boquerón. El tramo Mariscal Estigarribia-La Patria es una vergüenza: solo quedó polvo de los US$ 200 millones invertidos en su “asfaltado”. El trecho de 116 kilómetros de extensión se cubre en cuatro horas, en las peores condiciones que se pueda imaginar. La ruta boliviana, en cambio, genera una sana envidia.

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La ruta Transchaco, en el tramo Mcal. Estigarribia-La Patria, tiene una extensión de 116 kilómetros.

En condiciones normales, en ruta asfaltada, este tramo se puede cubrir en 1,30 horas, yendo a una velocidad prudencial.

Este no es el caso: la ruta no está asfaltada y esa pequeña distancia se cubre en cuatro horas.

¿Y dónde fueron a parar los 200 millones de dólares invertidos por el Estado paraguayo en su asfaltado?

No queda nada, solo polvo. El asfaltado desapareció, se borró de la faz de la Tierra.

El asfaltado se realizó durante la administración de Nicanor Duarte Frutos gracias a un préstamo de la Corporación Andina de Fomento que seguimos pagando puntualmente.

El préstamo no se diluyó a diferencia del pavimento.

Para tanques de guerra

Para escribir esta crónica el problema es encontrar calificativos suficientes para describir el padecimiento que implica sortear este tramo.

El tramo Mariscal Estigarribia-La Patria es para tanques de guerra, no para vehículos normales.

Circular por aquí significa saltar de un pozo para caer en otro, sin exagerar. Está lleno de cráteres donde los vehículos se golpean aunque uno vaya conduciendo con el mayor cuidado posible.

No solo el vehículo siente los efectos del mal estado del camino: al cabo de un par de horas se acaba la paciencia, comienzan los mareos y lo único que se busca es que acabe la tortura.

Pensar que se pagó la suma de 200 millones de dólares por un asfaltado que desapareció en cinco años indigna todavía más.

Este camino debió estar asfaltado. Ningún ciudadano debería estar padeciendo horrores mientras el Estado sigue pagando los intereses por el préstamo.

Una vía estratégica

La ruta Transchaco es clave para el Paraguay, es la vía de comunicación más corta para llegar al Pacífico; es una oportunidad para acceder a nuevos mercados, disminuyendo dependencia de Argentina y Brasil.

La ruta, a pesar de las condiciones en que se encuentra, es muy transitada. Vehículos pesados van de un lado a otro de la frontera.

Bolivia es el único mercado con superávit que tiene Paraguay.

Los productos que vendemos al país hermano llegan a través de una ruta vergonzosa, encareciendo el costo del flete y las mercaderías.

La ruta que conduce a Bolivia debería ser excelente y debería estar a disposición de productores que pueden aumentar la oferta exportable al país andino.

Pero no es así: es la peor ruta del Paraguay.

Y para colmo, el asfaltado por el cual se pagó una fortuna ya no existe.

Sana envidia

En La Patria se encuentra el empalme con el camino que lleva hasta el fortín Infante Rivarola, frontera con Bolivia.

Este trazado, de 120 kilómetros aproximadamente, está siendo reparado por el Ministerio de Obras Públicas. Aquí por lo menos existe todavía el asfaltado heredado de Duarte Frutos.

Apenas se ingresa en Bolivia ya se nota la diferencia de pavimento, conste que tiene siete años de uso.

En el trayecto de 120 kilómetros que lleva a Villa Montes no hay un solo bache. Ni uno solo.

Si la ruta boliviana es buena, ¿por qué en Paraguay es mala? Se intenta justificar con diversos argumentos, entre ellos las características del suelo chaqueño, con una alta concentración de sal, arcilloso e inestable.

En Bolivia el suelo es exactamente igual, es el mismo ecosistema; sin embargo, la ruta paraguaya es un desastre. Y costosa.

roque@abc.com.py

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