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CANINDEYÚ (Alberto Núñez, corresponsal). En las precarias condiciones en las que se encuentran, las sedes policiales lejos están de poder prestar servicios a la población.
Una de estas dependencias con múltiples carencias es la subcomisaría Sidepar-Yhú, ubicada en la “triple frontera departamental” o límite entre de Canindeyú, Caaguazú y San Pedro.
Además de ser zona de “cuevas” de delincuentes, es considerada también área de influencia del grupo criminal autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP).
Este puesto policial meses atrás había recibido amenazas por parte del EPP.
En aquella ocasión los uniformados asignados tuvieron que huir de la sede policial para evitar ser víctima de algún eventual ataque violento.
Construida con madera y apenas con un cartel hecho a mano, esta subcomisaría se halla completamente abandonada por las autoridades del Ministerio del Interior.
Las maderas presentan serio deterioro, por las goteras ocasionadas por las últimas tormentas y las termitas que carcomen los materiales.
Incluso, agentes admitieron que sobreviven de los aportes de los pobladores, ya sea con víveres o en situaciones extremas dinero en efectivo, si no no tendrían qué comer.
En el sitio prestan servicio cinco uniformados, quienes están a cargo del suboficial Elvio Cañete.
Este último dijo que desde hace ocho días está al frente de la sede policial y que está gerenciando algunas mejoras para brindar comodidad a los uniformados.
Algunos pobladores que prefirieron el anonimato indicaron que los uniformados de la subcomisaría reciben una “colaboración” de G. 800.000 por cada cargamento de rollo que dejan pasar.
Es decir cobran por “hacer la vista gorda” al rollotráfico, que aumenta cada día en la zona de Sidepar.
Al respecto el suboficial Cañete negó que reciban dicha suma, aunque reconoció que el rollotráfico es una realidad por esta comunidad.
Otra comisaría
En similar situación están las comisarías de situadas en la localidad de Bella Vista, departamento de Caaguazú.
Esta zona también es considerada como una ruta de tráfico.
El puesto policial no cuenta con patrullera desde hace varios años. Por día, solo un agente custodia el poblado.
El uniformado reconoció que a diario pasan por allí unos 10 camiones de madera, aunque no precisó si son transportes legales o ilegales.
A un costado de la sede se encuentra una vetusta patrullera con una de las ruedas rapiñada. El móvil, supuestamente, ya fue dado de baja por las autoridades de la zona policial.