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MADRID (AFP). A la par de la profundización de la crisis económica y política en el país, el chavismo ha sumado condenas internacionales.
Pero, a pesar de todo, varios países conservan intereses políticos o económicos que los llevan a respaldar, con diferentes matices y grados de compromiso, al régimen abiertamente declarado autoritario (aliado y defensor de la dictadura cubana, considera a cualquier crítico como un “enemigo”, a quien protesta, un “terrorista”, no les importan los votos, sino la fuerza para mantener el Gobierno, y un largo etc.).
En América Latina, los incondicionales de Caracas son, precisamente, Cuba, Nicaragua (otro viejo aliado del castrismo) y Bolivia, países con los que comparte una misma ideología marxista o filomarxista, que como se sabe es una ideología que defiende el totalitarismo como forma de gobierno.
Ellos “son los que cierran filas” con Caracas, explica Anna Ayuso, investigadora para América Latina del centro de reflexión Cidob, con sede en Barcelona.
Otros “hallan difícil romper con el legado de Hugo Chávez (antecesor del actual gobernante venezolano Nicolás Maduro), que les dio los subsidios de Petrocaribe”, con el que Venezuela provee petróleo a precios preferenciales a una quincena de países centroamericanos y caribeños, señala el analista Paul Hare.
Petróleo y armas
Fuera de la región, Caracas recibe el importante apoyo de China y Rusia, dos países que buscan contrarrestar influencias de EE.UU. y ampliar las propias, como potencias que son, y con capacidad de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Pekín y Moscú han hecho grandes inversiones en el sector petrolero venezolano y han vendido armamento por miles de millones de dólares a la Venezuela chavista.
China “tiene inversiones de más de 60.000 millones de dólares y es el que ha proporcionado créditos a cambio de petróleo y concesiones mineras”, dijo Anna Ayuso.
Otro aliado del mandatario es Irán, gobernado por una teocracia islámica, que apoya a todo país que se oponga a EE.UU.