Brasil elige presidente mañana con el polémico Bolsonaro como favorito

Los brasileños decidirán mañana si durante los próximos cuatro años serán gobernados por el conservador Jair Bolsonaro, polémico político que lidera las encuestas, o por el socialista Fernando Haddad, designado por el expresidente Lula da Silva, preso por corrupto.

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Bolsonaro, un excapitán del Ejército de 63 años, ganó la primera vuelta con 46% de los votos, frente a 29% para Haddad, del Partido de los Trabajadores (PT, del expresidente Lula). Y los sondeos del balotaje de mañana le auguran una victoria por 56% a 44%, informa la agencia AFP.

Sus partidarios apoyaron sus promesas de combatir una criminalidad galopante, flexibilizando el porte de armas, y sus denuncias contra la corrupción, que bajo los gobiernos socialistas de Lula y su sucesora Dilma Rousseff alcanzaron el mayor nivel conocido en la historia del Brasil, que involucró a muchos otros partidos.

El vencedor deberá gobernar junto a un Congreso con esos partidos debilitados por dichos escándalos.

El Partido de los Trabajadores seguirá siendo la primera fuerza en la Cámara, pese a haber perdido varios diputados en las últimas legislativas parciales.

El mega esquema de corrupción montado bajo el gobierno de su líder histórico, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010), lo llevó a la cárcel, donde purga desde abril una pena de 12 años de cárcel.

Haddad, de 55 años, fue designado candidato por el caudillo preso.

Obtuvo en la primera vuelta el voto duro del socialismo que sigue apoyando a Lula a pesar de todo.

Así como el de muchos beneficiados de las medidas populistas de su gobierno, y de su sucesora, que repartieron subsidios en gran escala aprovechando el gran momento económico que vivió toda la región en la primera década del 2000.

Quien resulte electo sustituirá el 1 de enero de 2019 a Michel Temer, que asumió el cargo en 2016 tras la destitución de Dilma Rousseff, del PT, por manipular las cuentas públicas.

Radicalización

En este escenario, el ambiente político en el Brasil se ha radicalizado y exaltado, lo que ha dejado de lado a candidatos con discursos moderados.

Haddad prometió luchar hasta el último aliento para impedir que “el fascismo se instale en Brasil” y Lula pidió desde la cárcel relegar las divergencias entre “demócratas”. “No podemos dejar que la desesperación lleve a Brasil hacia una aventura fascista”, alertó.

Bolsonaro, que aún carga con una bolsa de colostomía debido a una puñalada que le asestaron en el abdomen en septiembre, hizo campaña esencialmente en las redes sociales. Su convalecencia no suavizó sus críticas.

“O se marchan o van a la cárcel. Esos marginales rojos serán desterrados de nuestra patria”, lanzó el domingo en una intervención por teléfono transmitida en un mitin en São Paulo, en alusión a los filocomunistas que apoyan a Haddad.

En política externa, Bolsonaro mostró voluntad de acercamiento al estadounidense Donald Trump, incluyendo un aumento de la presión sobre el régimen de Venezuela, también sustentado por la dictadura comunista que rige en Cuba.

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