Brasil vive elección más polarizada de su historia

El balotaje presidencial del 28 de octubre en Brasil entre el conservador Jair Bolsonaro, gran favorito tras su holgada victoria en primer turno, y el socialista (filocomunista) Fernando Haddad se da como la elección más polarizada en la historia de Brasil.

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Por un lado Bolsonaro, un impulsivo excapitán del Ejército que promete mano dura contra la corrupción (encarnada en las últimas décadas precisamente por el partido de su contrincante) flexibilizar la posibilidad de portar armas (por los niveles de inseguridad en grandes ciudades del país), condenar con claridad las dictaduras que quedan en Latinoamérica (como Cuba o Venezuela), defensor de las acciones de la dictadura en la lucha anticomunista.

Y por el otro Haddad, designado sustituto por el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, encarcelado por corrupto, es partidario de aumentar el gasto público, alega que la lucha contra la corrupción ha “criminalizado” a los políticos, se alinea ideológicamente con los grupos que consienten las dictaduras marxistas y filomarxistas que persisten en el continente.

“Está en juego el indulto de Lula y el fin de Lava Jato”, la megaoperación anticorrupción que involucró a decenas de políticos, suele advertir Bolsonaro. Están “en riesgo” la democracia y los derechos de los trabajadores, dice Haddad.

La tensión ha derivado en agresiones y amenazas entre exaltados partidarios de ambos candidatos, así como en el bombardeo de noticias falsas difamando a uno y a otro, que circulan por las redes sociales.

El 46,03% de los votos que obtuvo Bolsonaro el domingo lo dejan al borde la victoria en el balotaje, y hacen que Haddad (29,28%) necesite un vuelco histórico para que su Partido de los Trabajadores (PT) vuelva al gobierno, donde protagonizó, de manos de Lula, el mayor esquema de corrupción en la historia del Brasil.

Desde el domingo 7, ambos han moderado sus posturas en un intento de conquistar al 25% que votó por otras candidaturas, y de atraer a ese 20% que no participó, indica AFP.

Bolsonaro, que el pasado 6 de septiembre recibió una puñalada que le apartó de la campaña callejera y le obligó a concentrase -con mucho éxito- en las redes sociales, seguirá siendo un candidato virtual, muy activo en Twitter y Facebook.

Pero además cuenta desde el viernes con cinco minutos diarios de propaganda televisiva gratuita –frente a los 8 segundos tres veces por semana que tuvo en el primer turno–, que le darán mucha mayor exposición, especialmente entre los estratos sociales con menos acceso a internet.

Haddad, entretanto, aprovechó su tiempo para denunciar la “violencia” de Bolsonaro, esbozar algunas ideas de gobierno y presentarse como un académico y político preparado, que “además toca guitarra”.

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