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En declaraciones a la cadena estadounidense CNN, el mandatario argentino fue claro en responder sobre la situación judicial de su predecesora, Cristina Fernández de Kirchner, que gobernó el país entre 2007 y 2015.
“Tiene que rendir cuentas frente a la Justicia”, indicó Macri, que luego agregó que la política y actual senadora “tiene muchas denuncias, y ella tiene que ir y someterse a la Justicia, dar las explicaciones, y los jueces decidirán. El Presidente no tiene por qué meterse en eso”.
Un juez federal de Argentina ordenó el desafuero y el arresto de Fernández de Kirchner por supuesto encubrimiento en el caso de un atentado al centro judío AMIA que causó 85 muertos en 1994.
Pero la expresidenta responsabilizó a Macri de liderar “una organización política y judicial para perseguir a la oposición”.
La causa por supuesto encubrimiento se inició en 2015 –cuando Fernández aún era presidenta– por una denuncia del fiscal Alberto Nisman, quien apareció muerto en su departamento días después de hacer su acusación.
Nisman denunció un supuesto complot del gobierno de Fernández para encubrir a los iraníes responsables de un atentado a la mutual israelita AMIA, sobre quienes pesan pedidos de captura internacionales de Interpol desde hace años.
El Senado argentino está en receso hasta marzo, por lo que podría decidir el año próximo sobre el pedido judicial para remover la inmunidad parlamentaria de Fernández. Además, en la Cámara Alta estudian alianzas políticas tras la renovación de un tercio de las bancas en octubre pasado.
Otras causas
Cristina enfrenta cinco procesos judiciales por corrupción, uno de ellos, por presunta asociación ilícita y fraude en la concesión de obras públicas con los empresarios constructores Cristóbal López y Lázaro Báez. Este último es señalado como testaferro de su familia desde la presidencia de su esposo Néstor Kirchner (2003-2007).
También, el aumento meteórico de su patrimonio es objeto de varias investigaciones.
En otra causa, es investigada por presunto perjuicio al Estado en operaciones cambiarias del Banco Central al final de su gobierno. La operación con dólares a futuro consiste en fijar un precio de la divisa a tres o cuatro meses, como inversión. Si el tipo de cambio baja, el Banco Central gana dinero, pero si se devalúa, la institución pierde.
En su defensa, Cristina afirmó que quienes compraron los dólares a futuro fueron en su mayoría empresarios, muchos de los cuales ahora son funcionarios del gobierno de Macri.