Donald Trump, insultante y procaz, pero imperturbable

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se ha convertido en un personaje político incomprensible en su país, sorprendiendo a los estadounidenses con una política muy conocida en Latinoamérica aplicada por caudillos autoritarios: ante cualquier crítica, atacar y descalificar.

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WASHINGTON (EFE). Analistas políticos de Estados Unidos centran sus observaciones en el lenguaje, constantemente agresivo, utilizado por el Mandatario.

Las altisonantes declaraciones de todo tipo, insultos barriobajeros y ataque virulento a cualquiera que lo critica, Trump retrata al típico dirigente populista que tan bien se conoce en Latinoamérica.

Y no es que en la política estadounidense no se recurra a golpes bajos, pero el nivel de saturación de estas acciones por parte de Trump ha dejado descolocado a todos.

Además de que en otros casos, si un político cruza ciertos límites en sus diatribas políticas termina pagando el precio, pero Trump parece inmune, y termina cayendo siempre de pie, hasta ahora.

Lo analistas resaltan que en sus primeros 5 meses de gobierno han faltado propuestas de calado y sobran los exabruptos, destinados a deleitar a su base electoral más fiel.

No parece haber consecuencias políticas para Trump, incluso si, como esta semana, usó Twitter, como en tantas ocasiones, para insultar a una presentadora de televisión famosa a en EE.UU., Mika Brzezinski, a la que llamó “loca” y de cuyo aspecto se burló al decir que la vio “sangrar profusamente por un estiramiento facial”.

Trump atacó a Brzezinski y su compañero de plató y prometido, Joe Scarborough, después de que los presentadores se hicieran eco de un artículo crítico contra Trump, publicado por The Washington Post.

Es que las agresiones verbales a la prensa y a sus opositores es el pan cotidiano de su administración.

“Parece incapaz de controlarse a sí mismo y nadie puede quitarle el teléfono”, dijo el profesor de la Universidad de George Washington, Michael Cornfield.

“Esta sigue siendo una Presidencia un poco extraña, emocionante y repulsiva al mismo tiempo”, consideró.

Cornfield, sin embargo, llamó la atención sobre el hecho de que Trump no ha conseguido “casi nada importante en términos políticos”, algo “extraño” porque los primeros meses en poder de un presidente son aquellos en los que suele aglutinar un mayor número de logros en política interna.

Trump quiere ser percibido como un presidente “campeón” y, por eso mismo, comenzó a recaudar fondos para su reelección para 2020 esta misma semana, algo muy inusual pues solo lleva 5 meses en el poder.

“A no ser que los demócratas resurjan, el poder de Trump no está amenazado”, consideró Schmidt, quien pronostica que la “división” y el “caos” del Partido Demócrata les impedirá en las elecciones legislativas de 2018 recuperar la mayoría en el Congreso, en manos republicanas.

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