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Algunos de quienes lograron escapar relataron que despertaron en la noche rodeados de llamas, pero pudieron salir con sus hijos antes de que la torre se transformara en un esqueleto.
El departamento de bomberos de São Paulo aseguró que aún no hay un número de víctimas confirmado.
“Hay algunas personas desaparecidas, unas tres, con una muy probablemente muerta”, dijo el comandante de bomberos Ricardo Peixoto.
Hasta el momento, 250 personas que vivían en el lugar se registraron en listados luego del siniestro, dijo José Roberto, oficial de seguridad de la ciudad.
El incendio comenzó durante la noche y se extendió rápidamente, convirtiendo al edificio en un infierno. Una iglesia vecina sufrió daños.
Un total de 57 vehículos y 160 bomberos fueron destinados al lugar del incidente, tuiteó el departamento.
São Paulo es la capital financiera de Brasil y la ciudad más poblada de Sudamérica, pero sufre de una gran desigualdad económica.
Las familias pobres con frecuencia ocupan edificios abandonados o levantan carpas en terrenos baldíos.